Pediatría
Leche materna previene el eczema, asma y las alergias alimentarias
Durante las últimas décadas, la incidencia de enfermedades atópicas como el asma, la dermatitis atópica y las alergias a los alimentos ha aumentado de forma espectacular. Entre los niños de hasta 4 años de edad, la presencia de asma se ha incrementado en 160%, y la de dermatitis atópica ha subido entre dos y tres veces. La alergia al maní también se ha duplicado en los últimos diez años. Por lo tanto, las alteraciones atópicas son un problema cada vez más importante para los médicos que prestan asistencia sanitaria infantil. Se reconoce que ciertos eventos durante la infancia, como la dieta, probablemente son muy importantes para el desarrollo de estas enfermedades, tanto en los niños como en adultos.
Este informe realizado por el doctor Frank Greerse (profesor de pediatría de la Universidad de Wisconsin y director del Comité de nutrición de la Academia Americana de Pediatría) y colaboradores, examina las opciones nutricionales durante el embarazo, la lactancia y el primer año de vida que puedan afectar la presencia de enfermedad atópica (dermatitis atópica, asma y alergia a los alimentos) en los primeros años de vida. Además, sustituye una declaración anterior de la Academia Americana de Pediatría que aconsejaba la utilización de fórmulas infantiles hipoalergénicas e incluía recomendaciones provisionales para la gestión de la dieta en la prevención de la enfermedad atópica. De hecho, el documento apoyaba los beneficios de la intervención nutricional ya que ésta podría prevenir o retrasar la aparición de enfermedad atópica. Pero las pruebas actuales no apoyan un papel importante de las restricciones de la dieta materna durante el embarazo o la lactancia.
La presente publicación señala que hoy existe evidencia suficiente de que la lactancia materna durante al menos 4 meses, en comparación a la alimentación formulada en base a leche de vaca con proteínas intactas, impide o retrasa la aparición de dermatitis atópica, de la alergia a la leche de vaca y de las sibilancias en los primeros años de la infancia. En estudios realizados en lactantes con alto riesgo de atopia y que no son alimentados exclusivamente con leche materna durante 4 a 6 meses, se ha observado que es modesta la evidencia de que la aparición de la enfermedad atópica pueda retrasarse o evitarse con el uso de fórmulas hidrolizadas en comparación con las fórmulas hechas con leche de vaca con proteínas intactas, en particular para la dermatitis atópica. Estudios comparativos de las diversas fórmulas de hidrolizados también indican que no todas las presentaciones tienen los mismos beneficios de protección. También hay pocas pruebas de que la demora en el calendario de la introducción de alimentos complementarios más allá de 4 a 6 meses de edad prevenga la aparición de manifestaciones atópicas.
En definitiva, en la actualidad no hay datos suficientes para documentar el efecto protector de cualquier intervención dietética más allá de 4 a 6 meses de edad en el desarrollo de ciertas alergias.
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