Cardiología
Reanimación cardiaca mínimamente interrumpida es técnica eficaz para el paro cardíaco
El infarto cardíaco lejos de un hospital es un importante problema de salud pública y una de las principales causas de mortalidad. Desafortunadamente, en las grandes ciudades metropolitanas, los resultados son muy deficientes en los pacientes con esta forma de pérdida de función cardiaca. Aunque la desfibrilación temprana con desfibriladores automáticos externos mejora la supervivencia, la técnica es rara y pocos pacientes sobreviven fuera del hospital. En 2004, el promedio de supervivencia para el paro cardíaco extra hospitalario fue del 3% en el estado norteamericano de Arizona. La resucitación cardiaca mínimamente interrumpida (MICR, por sus siglas en inglés), conocida también como reanimación cardiocerebral, es un nuevo enfoque cardíaco fuera del hospital para los servicios médicos de emergencia. La técnica se centra en la maximización de la perfusión miocárdica y cerebral a través de una serie de intervenciones coordinadas. Tiene por objeto minimizar la interrupción de las compresiones al pecho, retrasar o descartar la intubación endotraqueal, minimizar las ventilaciones con presión positiva y reducir el intervalo de tiempo para la administración intravenosa de epinefrina.
Docentes del Departamento de Medicina de Emergencia de la Clínica Mayo, Estados Unidos, investigaron si la supervivencia de los pacientes con paro cardíaco fuera del hospital mejoraría con la aplicación de la MICR. Los autores realizaron un estudio prospectivo entre el 1 de enero de 2005 y el 22 de noviembre de 2007. Los pacientes se evaluaron antes y después de que la MICR fuese enseñada al personal médico de emergencia. En un segundo análisis de adherencia al protocolo, se compararon pacientes que habían recibido MICR con los que no, pero que se les había aplicado un soporte vital avanzado. La principal medida de resultado fue la supervivencia después del alta hospitalaria.
Entre 886 pacientes, la supervivencia aumentó de 1.8% (4/218) antes de la formación con MICR a 5.4% (36/668) después de la formación con MICR (riesgo [R], 3.0; intervalo de confianza [IC] del 95 %, 1.1-8.9). En un subgrupo de 174 pacientes con paro cardíaco asistido y fibrilación ventricular, la supervivencia aumentó de un 4.7% (2/43) antes de la enseñanza de la MICR al 17.6% (23/131) después de la formación (R: 8.6, IC del 95%, 1.8 - 42.0). En el análisis de cumplimiento de protocolo con MICR y que involucró la participación de 2460 pacientes con paro cardíaco, la supervivencia fue significativamente mejor en aquellos que recibieron MICR que los que no la recibieron (9.1% [60/661] versus 3.8% [69/1799]; R, 2,7; IC del 95 %, 1.9 - 4.1), así como también los pacientes con fibrilación ventricular asistida (28.4% [40/141] versus 11.9% [46/387], R, 3,4, IC del 95%, 2.0-5.8).
En conclusión, la supervivencia de los pacientes con paro cardíaco fuera del hospital aumenta después de la aplicación de la resucitación cardiaca mínimamente interrumpida. Estos resultados deben confirmarse en un ensayo aleatorio.
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