Riesgo de autismo
Un excesivo crecimiento del cerebro durante el primer año de vida puede ser un signo de riesgo de autismo
El autismo es un trastorno neurobiológico y como tal, es esperable observar también alguna anormalidad neurobiológica que preceda a las primeras alteraciones conductuales.
Según concluye un estudio recientemente publicado en la revista “JAMA”, el crecimiento más rápido de lo normal del cerebro durante el primer año de vida, posiblemente sea un signo asociado con riesgo de autismo. Para los investigadores de la Universidad de California, en San Diego, Estados Unidos, se trataría del primer trabajo que consigue identificar un signo neurobiológico temprano de esta enfermedad.
El hallazgo se basa en la revisión de fichas médicas de 48 niños entre 2 y 5 años con trastornos autistas, en quienes se midió circunferencia craneana al momento de nacer y al 1° o 2°, 3°, 5° o 6°, y 14° meses de vida. Todos los pacientes fueron sometidos además a un estudio de resonancia magnética para observar eventuales cambios en su cerebro relacionados con edad y autismo.
Tomando como referencia los parámetros establecidos por del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta en niños sanos, se verificó que el tamaño de la cabeza aumentaba claramente desde el percentil 25 al percentil 84 entre los 6 y 14 meses de edad. Sólo el 6% de los niños sanos del estudio longitudinal mostraron un crecimiento craneal acelerado en ese período, mientras que el 59% de los pacientes autistas lo presentaron antes de la aparición de la clínica.
Es así como los investigadores observaron que estos niños tienen al nacer un cráneo de tamaño inferior a lo normal. Sin embargo, entre los 1-2 meses y los 6-14 meses de edad, experimentan un repentino y excesivo crecimiento de la circunferencia craneana.
Por ello, los investigadores consideran que su descubrimiento puede emplearse como indicador temprano del trastorno, ya que permite intervenir cuando el cerebro del niño se encuentra aún en un estado manejable, lo cual podría derivar en mejores resultados terapéuticos. Exponen además que el análisis de medidas tan sencillas como la medición de circunferencia craneana, por su simpleza y accesibilidad, abre un camino de mejor abordaje para los pacientes autistas.
Fuente bibliográfica
JAMA 2003; 290:337-344