Oftalmología
Dexametasona mejora la inflamación y agudeza visual en la uveítis
La uveítis refiere a un grupo de enfermedades inflamatorias intraoculares que causan el 10% a 15% de la ceguera en el mundo desarrollado. A pesar de los avances en los tratamientos inmunosupresores, los corticosteroides son la base de la terapia. Muchos pacientes, sin embargo, son intolerantes o resistentes a los esteroides sistémicos. Los corticoides tópicos administrados como gotas para los ojos son mejor tolerados que los sistémicos, pero normalmente sólo efectivos para la uveítis anterior. Desafortunadamente, la pérdida severa de la visión relacionada con la uveítis generalmente se produce en pacientes con uveítis intermedia o posterior, involucrando la inflamación del vítreo y la retina. Previamente, estos pacientes requieren manejo sistémico, ya sea con corticosteroides u otros agentes inmunosupresores, para el control de su inflamación ocular.
Careen Lowder y colegas (Instituto Oftalmológico Cole, en Cleveland, Estados Unidos) evaluaron la seguridad y eficacia de 2 dosis de implante intravítreo de dexametasona (implante DEX) para el tratamiento de la uveítis no infecciosa intermedia o posterior. En este ensayo de 26 semanas, los ojos fueron asignados al azar a un solo tratamiento con un implante DEX de 0,7 mg (n = 77), a un implante DEX de 0,35 mg (n = 76), o a un procedimiento simulado (n = 76). La principal medida de valoración fue la proporción de ojos con una puntuación de haze vítrea de 0 a la semana 8.
El porcentaje de ojos con valoración 0 en la semana 8 fue de 47% con el implante DEX 0,7 mg, 36% con el implante DEX 0,35 mg, y 12% con el procedimiento simulado (P <0,001); este beneficio persistió hasta la semana 26. Una ganancia de 15 o más de agudeza visual corregida se observó en los ojos de los grupos con dexametasona en comparación al tratamiento simulado. El porcentaje de ojos con presión intraocular de 25 mmHg o más alcanzó el 7,1% con el implante de 0,7 mg, 8,7% con el implante de 0,35 mg, y un 4,2% con el procedimiento simulado (P> 0.05 en cualquier visita). La incidencia de cataratas en los ojos fáquicos fue de 9 de 62 (15%) con el implante de 0,7 mg, 6 de 51 (12%) con 0,35 mg, y 4 de 55 (7%) con el procedimiento simulado (P> 0,05).
En conclusión, en pacientes con uveítis no infecciosa intermedia o posterior, un solo implante DEX mejoró significativamente la inflamación intraocular y la agudeza visual, persistiendo el efecto hasta los 6 meses. Este tipo de aplicación durante la práctica clínica puede ser utilizada de forma segura y eficaz para el tratamiento de la uveítis intermedia y posterior.
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