Geriatría
El bajo peso puede aumentar la mortalidad en ancianos
Estudios previos realizados en poblaciones medianamente adultas han documentado una asociación en forma U o de J entre el índice de masa corporal (IMC) y la mortalidad, con menor riesgo en el rango de los 22,5 a 25 kg/m2. En adultos mayores (más de 65 años de edad), la mortalidad según el índice de masa corporal la curva en U se ensancha y se desplaza a su punto más bajo de la gama de sobrepeso o de obesidad leve, es decir, entre 25 a 34,9 kg/m2. El sobrepeso no está asociado con una mayor mortalidad en poblaciones de edad avanzada, mientras que la obesidad sí se relaciona con un ligero aumento en los ancianos, tanto hombres como en mujeres.
Maria Victoria Zunzunegui colaboradores de Universidad de Montreal, en Canadá, analizaron la relación del índice de masa corporal con la mortalidad en adultos mayores, mediante el examen de la influencia de género y la morbilidad cardiovascular. Durante dieciséis años se logró obtener una muestra poblacional de 1.008 personas mayores de 65 años. El riesgo de mortalidad según IMC se estimó controlando la edad, sexo, educación, actividad física, tabaquismo, enfermedades crónicas y actividades de la vida diaria.
Al inicio del estudio, la mediana del IMC era 26,8 (rango intercuartil: 24,2 a 29,7 Kg/m2). Durante 16 años hubo 672 muertes. La curva en forma de U del riesgo de mortalidad por IMC fue muy amplia. La mortalidad mínima ocurrió con un IMC = 30,5 Kg/m2. Los resultados concluyeron que los hombres tenían un menor riesgo de mortalidad con el aumento del IMC y que la enfermedad cardiovascular se asociaba con una alta mortalidad cuando el IMC era bajo.
Finalmente, el bajo peso es un factor de riesgo de mortalidad entre personas mayores, mientras que el sobrepeso y la obesidad leve se asocian con baja mortalidad especialmente entre hombres y personas con morbilidad cardiovascular.
