Neurología
Carnes rojas aumentan los accidentes cerebrovasculares
Una dieta alta en proteínas, en comparación con una alta en carbohidratos, baja la presión arterial, un factor de riesgo importante para el accidente cerebrovascular, y mejora los lípidos plasmáticos. Los alimentos que son fuentes importantes de proteínas varían mucho en sus componentes, por lo tanto pueden tener diferentes efectos en el infarto cerebral, pero estas concordancias no han sido examinadas correctamente.
Este artículo (Instituto de la Clínica Cleveland, Lyndhurst, Estados Unidos), analizó la relación entre los alimentos que son fuentes importantes de proteína y el riesgo de accidente cerebrovascular. Se evaluó la evolución de 84.010 mujeres de 30 a 55 años y 43.150 hombres entre 40 a 75 años, sin diagnóstico de cáncer, diabetes o enfermedad cardiovascular. La dieta fue controlada en varias ocasiones por un cuestionario estandarizado y validado. Por último, los autores estimaron la asociación entre las fuentes de proteínas y la incidencia de accidente cerebrovascular mediante un modelo de riesgos proporcionales.
Durante 26 y 22 años de seguimiento en mujeres y hombres, respectivamente, se documentaron 2.633 y 1.397 accidentes cerebrovasculares, respectivamente. En el análisis multivariable, un mayor consumo de carne roja se asoció con un riesgo elevado de accidente cerebrovascular, mientras que una elevada ingesta de aves de corral se asoció con menor riesgo. En los modelos de estimación de los efectos para las diferentes fuentes de proteínas y en comparación de 1 porción/día de carne roja, 1 porción/día de ave presentó un riesgo de 27% (IC del 95%, 12%-39%) menos de eventos cerebrovasculares, los frutos secos un riesgo de 17% (IC del 95%. 4% -27%) más bajo, pescados un riesgo de 17% (IC del 95%, 0% -30%) menos, lácteos bajos en grasa un 11% (IC del 95%, 5% -17%) menos de peligro, y grasa de todo tipo un riesgo de 10% (IC del 95%, 4% -16%) menos. No se observó una asociación significativa cuando se comparó la ingesta de carnes rojas con las legumbres o los huevos.
En conclusión, los presentes datos sugieren que el riesgo de infarto cerebral puede reducirse mediante la sustitución de carnes rojas por otras fuentes proteicas.
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