Hepatología
Trasplante hepático protege las funciones cognitivas
No está bien documentado el efecto a largo plazo del trasplante hepático (TH) sobre las funciones cognitivas y en la reversibilidad de la encefalopatía hepática. Hay mucha evidencia que indica que la atención espacial mejora a partir del período inmediatamente posterior al TH. Sin embargo, al menos durante los 2 primeros años, algunos defectos cognitivos parecen persistir, especialmente para las funciones cognitivas no verbales.
El objetivo de este estudio (Universidad de Bologna, Bologna en Italia) fue investigar si las mejoras observadas en el período perioperatorio fluctúan o se mantienen estables 10 años después del trasplante y si las funciones catalogadas como defectuosas también mejoran. Los autores, se comunicaron con pacientes que previamente se habían incluido en un estudio prospectivo para su análisis neuropsicológico. Se comparó la evaluación cognitiva realizada a los de 7 y 10 años con los datos reunidos a los 6 y 18 meses después del TH.
Las mejoras obtenidas en los primeros 2 años después del trasplante se mantuvieron estables durante los 7 a 10 años, especialmente para la percepción viso-espacial, F(12,96) 1,70, P = 0,04 y la atención selectiva, F(6,66) 3,51, P = 0,005. Por otra parte, estos resultados también parecen indicar una mejora en las funciones cognitivas, tales como la inteligencia espacial, medida por la prueba del laberinto de Elithorn, F(3,33) 7,42, P = 0,002. La memoria verbal a corto plazo, F(3,33) 3,69, P = 0,038, y la memoria visuo-espacial a corto plazo, F(6,64) 2,97, P = 0,013, mostraron una tendencia más fluctuante en el tiempo.
Finalmente, se concluye que a pesar del riesgo de la cirugía, la neurotoxicidad de la terapia de inmunosupresión, los efectos del envejecimiento y las comorbilidades relacionadas, el trasplante hepático es capaz de mejorar significativamente las funciones cognitivas de los pacientes en el largo plazo.
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