Radiología
La tomografía computarizada triplica el riesgo de cáncer en niños
Aunque la tomografía axial computarizada (TAC) es muy útil en la clínica, existen posibles peligros de cáncer con las radiaciones ionizantes asociadas, especialmente en los niños que son más sensibles a sus efectos en comparación con los adultos.
Especialistas de la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido, evaluaron de forma retrospectiva el peligro de leucemia y tumores cerebrales después de la tomografía computarizada para una cohorte de niños y adultos jóvenes. Se incluyeron pacientes sin diagnóstico de cáncer que fueron examinados por primera vez con una TAC entre 1985 y 2002, cuando eran menores de 22 años de edad. Se obtuvieron datos sobre la incidencia de cáncer, mortalidad y pérdida del seguimiento desde el primero de enero de 1985 hasta el 31 de diciembre de 2008. Para evitar la inclusión de la tomografía axial en relación con el diagnóstico de cáncer, el seguimiento de la leucemia comenzó 2 años después de la primera TAC y de los tumores cerebrales 5 años después de la primera TAC.
Durante el estudio, se registraron 74 de 178.604 pacientes con leucemia y 135 de 176.587 con tumores cerebrales. Se observó una relación positiva entre la dosis de radiación y la leucemia (riesgo relativo [RR] por 0,036 mGy, IC del 95%: 0,005 - 0,120, p = 0,0097) y tumores cerebrales (0,023, 0,010 - 0,049, p <0,0001). En comparación con los individuos que recibieron menos de 5 mGy, el riesgo relativo de leucemia para los que recibieron una dosis acumulativa de al menos 30 mGy (dosis media de 51,13 mGy) fue 3,18 (IC del 95% 1,46 - 6,94) y riesgo relativo de cáncer cerebral para los que recibieron una dosis acumulada de 50 a 74 mGy (dosis media de 60,42 mGy) fue de 2.82 (1.33 - 6,03).
En conclusión, el uso de la tomografía axial computarizada en niños podría triplicar el riesgo de leucemia (50 mGy) y de cáncer cerebral (60 mGy). Debido a que estos cánceres son relativamente raros, los riesgos absolutos acumulativos fueron pequeños: por ejemplo, se estimó que 10 años después del primer escáner en pacientes menores de 10 años, ocurriría un caso de leucemia y uno de tumor cerebral por cada 10.000 TAC de cabezas. Sin embargo, si bien los beneficios clínicos superan a los riesgos absolutos, deberían aplicarse pequeñas dosis de radiación a través de tomografías computarizadas, además de poder considerar procedimientos alternativos que no impliquen radiaciones ionizantes.
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