Epidemiología
Fumadores hipertensos tienen más infartos cerebrales
La hipertensión y el tabaquismo son factores de riesgo importantes para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares (ECV). De hecho, la presión arterial (PA) y el hábito de fumar pueden actuar sinérgicamente para incrementar el aumento de grosor íntima-media carotídeo, la enfermedad coronaria y el accidente cerebrovascular. Sin embargo, este efecto sinérgico no ha sido confirmado. Las limitaciones inherentes a la evaluación convencional de la PA realizada en estudios previos, incluyendo el efecto de bata blanca, sesgos del observador y regresión de dilución, podrían explicar los resultados discrepantes.
El objetivo de Takanao Hashimoto y colaboradores (Escuela de Graduados de Ciencias Farmacéuticas y Medicina de la Universidad de Tohoku, Sendai, Japón) fue investigar la variabilidad de la presión arterial en el hogar (HBP, por sus siglas en inglés) y el tabaquismo en la predicción del accidente cerebrovascular. En este estudio, se evaluaron 902 hombres japoneses (edad media, 58,6 años) sin antecedentes de accidente cerebrovascular y la HBP se les midió una vez cada mañana durante 4 semanas. Los cocientes de riesgo para el accidente cerebrovascular fueron calculados por el modelo de regresión de Cox, con ajuste para posibles factores de confusión.
En 13,1 años (mediana) de seguimiento, se registraron 89 infartos cerebrales, 28 hemorragias intracraneales y otros seis accidentes cerebrovasculares. Los niveles de HBP sistólica (R = 1,59 por 14,6 mm de Hg, P <0,0001) y variabilidad (R = 1,26 por 3,1 mm de Hg, P = 0,03) se asociaron significativamente con el infarto cerebral. La relación entre la HBP y el infarto cerebral difirió con el consumo de tabaco (P = 0,021 y 0,017 para el nivel de presión sistólica y variabilidad, respectivamente). En los análisis estratificados de acuerdo al hábito de fumar, el nivel de presión sistólica (R = 1,78, P <0,0001) y la variabilidad (R = 1,38, P = 0,006) se relacionaron significativamente con el infarto cerebral en los fumadores (N = 511), y no en los no fumadores (N = 391, P ≥ 0,6 para ambos). No se encontró asociación significativa entre el tabaquismo y el riesgo de hemorragia intracraneal.
En conclusión, en fumadores, los niveles y la variabilidad de presión arterial en el hogar se asociaron significativamente con la presencia de infarto cerebral. Estos resultados validan aún más los beneficios de dejar de fumar con el objetivo de prevenir enfermedades cardiovasculares, especialmente el infarto cerebral.
