Ginecología
La histerectomía exhibe claros beneficios en mujeres con hemorragia uterina anormal y prolongada
La histerectomía es el procedimiento quirúrgico más común realizado en los Estados Unidos por razones no obstétricas. Durante el año 2000, aproximadamente 633.000 histerectomías fueron llevadas a cabo, las mujeres norteamericanas tienen un riesgo estimado de un 25% para la remoción de su útero. El noventa por ciento de las histerectomías son electivas y realizadas antes de la menopausia a causa de una hemorragia uterina anormal o por otras razones no amenazadoras de la vida. También llama la atención las variaciones regionales de su práctica en Norteamérica, que son bastante grandes, además de los costes más bajos en otras naciones desarrolladas, lo que ha formulado preguntas referentes a con que frecuencia se utiliza este procedimiento.
Los estudios de observación han expresado mejoras en la calidad de vida y del aspecto sexual, sin embargo, la histerectomía se asocia a malestar y a inhabilidad funcional en las semanas posteriores a la cirugía, a falla ovárica temprana, a incontinencia y a un pequeño riesgo de mortalidad. Consecuentemente, el inicio de la hemorragia uterina anormal suele tratarse con progestinas, combinaciones de estrógeno y progestina, con inhibidores de la prostaglandina sintetasa y antifibrinolíticos, sin embargo, estos procedimientos médicos a veces no pueden revertir los síntomas, por el contrario, causan efectos nocivos, conduciendo al dilema clínico de si continuar los esfuerzos médicos o elegir la histerectomía. Las ventajas y daños de estos 2 acercamientos en la etapa de toma de decisión no se han estudiado en un ensayo clínico seleccionado al azar.
Miriam Kuppermann y sus colaboradores del Departamento de Obstetricia, Ginecología y Ciencias Reproductivas de la Universidad de California (San Francisco, Estados Unidos) compararon el efecto de la histerectomía versus el tratamiento médico en la calidad de vida relativa a la salud. El estudio de diseño multicéntrico, aleatorio y controlado (de agosto de 1997 a diciembre de 2000), integró a 63 mujeres premenopáusicas, entre 30 y 50 años de edad, con anormal sangrado uterino durante 4 años, a quienes se les interrumpió el tratamiento médico (incluyendo el acetato de medroxiprogesterona). Las participantes, pacientes de clínicas ginecológicas afiliadas a 4 centros académicos, fueron seguidas por 2 años. Respecto a las intervenciones, éstas fueron asignadas al azar para histerectomía o seguir con el tratamiento médico mediante estrógeno y/o progesterona y/o un inhibidor de la prostaglandina sintetasa. Por último, el resultado primario a evaluar fue la salud mental medida mediante una encuesta y los resultados secundarios incluyeron salud física, evolución de los síntomas y satisfacción, imagen del cuerpo y comportamiento sexual, así como otros aspectos en salud mental y de las opiniones generales sobre salud.
Los resultados a 6 meses, demostraron que las mujeres del grupo histerectomía tuvieron mayor mejoría respecto a su salud mental que las mujeres del grupo médico (8 versus 2, P = 0.04). También presentaron sustanciales mejorías en la resolución de la sintomatología (75 versus 29, P < 0.001), en satisfacción (44 contra 7, P < 0.001), sexo (41 contra 22, P = 0.003), deseo sexual (21 versus 3, P = 0.01), estrés (33 contra 13, P = 0.009), en problemas de sueño (13 versus 1, P = 0.03), en salud como un total (12 contra 2, P = 0.006) y en satisfacción con la salud (31 contra 14, P = 0.01). Al final del estudio, 17 mujeres del grupo médico (el 53%) habían solicitado o recibido una histerectomía, y estas pacientes presentaron mejoras en resultados de calidad de vida durante los siguientes 2 años, similares a los divulgados por las del grupo histerectomía. Las que continuaron el tratamiento médico también divulgaron algunas mejorías (P < 0.001), con el resultado de que la mayoría de las diferencias entre los grupos, al final del estudio, no fueron estadísticamente significativas en el análisis de intención a tratar.
Las conclusiones de los autores, señalan que en mujeres con hemorragia uterina anormal y con falla de la medroxiprogesterona, la histerectomía fue superior al tratamiento médico para mejorar la calidad de vida en relación a la salud después de 6 meses. Además, con un seguimiento a largo plazo, la mitad de las mujeres seleccionadas para el procedimiento médico optó por una histerectomía, con mejoras similares y duraderas en relación a la calidad de vida, y aquellas que continuaron con el tratamiento médico divulgaron sólo algunos beneficios.
Fuente bibliográfica
JAMA 2004 24; 291(12):1447-55