Hipertensión ocular
La tomografía de coherencia óptica sería una técnica fiable y segura para el diagnóstico del glaucoma temprano
Desde su introducción a principios de los años noventa, la tomografía de coherencia óptica (TCO) se ha utilizado para evaluar enfermedades retinianas y daño estructural óptico del disco con glaucoma, encontrándose en la literatura divulgaciones de la buena correlación entre los parámetros de la TCO con resultados de campo visual (CV). La tomografía de coherencia óptica ha demostrado tener una muy buena reproducibilidad en repetidos controles y ha mostrado un aceptable funcionamiento en la discriminación del glaucoma en ojos normales cuando esta patología se basa en anormalidades del campo visual acromático. Sin embargo, hay pocos informes en la literatura médica con respecto al funcionamiento de la TCO en los primeros estadios del glaucoma cuando las anormalidades del disco óptico sólo se observan clínicamente. El propósito de un estudio de observación caso-control, dirigido por el oftalmólogo americano Dr. Kauros Nouri-Mahadavi (División de Glaucoma, Universidad de California, Estados Unidos) fue evaluar el funcionamiento de la tomografía de coherencia óptica en la detección del glaucoma temprano.
La investigación contó con 50 ojos normales, 42 sospechosos de glaucoma y 59 con glaucoma temprano, que satisfacían los siguientes criterios: campo visual con desviación promedio > -6.00 dB, pacientes mayores de 40 años, error refractivo esférico < 5 dioptrías, astigmatismo < 3 dioptrías y agudeza visual > 20/30. El glaucoma incipiente fue descrito como repetidos campos visuales acromáticos anormales basados en criterios predefinidos. A los sospechosos de glaucoma se les definió mediante la presencia de un aspecto glaucomatoso en el disco y con campo visual acromático normal. Los valores se evaluaron mediante el grosor de la capa de fibras nerviosas (GCFN), el GCFN medio en 4 zonas (temporal, superior, nasal, inferior) y valor medio en 12 zonas (12 meridianos). Las curvas características de funcionamiento del receptor, la sensibilidad y especificidad, fueron utilizadas para determinar el desempeño de la tomografía de coherencia óptica.
Los resultados indicaron que el GCFN medio fue de 128.4 + 15.4, 102.0 + 25.4, y 86.5 + 31.5 um en ojos normales, ojos con sospecha de glaucoma y ojos con glaucoma temprano, respectivamente. Los ojos normales eran diferentes de los otros grupos (P < 0.001), el GCFN en el cuadrante superior y en la posición horaria 11 tenían un área más alta debajo de la curva característica de funcionamiento del receptor (0.840 y 0.933) en los grupos de sospecha de glaucoma y en el grupo con glaucoma temprano (P = 0.03). La sensibilidad de la TCO para la detección del glaucoma fue del 71% y del 85% para los grupos con sospecha y desarrollo temprano respectivamente, con especificidad de un 90%.
El investigador y sus colaboradores, concluyen que la tomografía de coherencia óptica (TCO) es capaz de discriminar bien entre ojos con glaucoma perimétrico temprano y ojos normales. Sin embargo esta técnica sería menos adecuada en ojos con disco sospechoso y campo visual normal.
Fuente bibliográfica
Am J Ophthalmol 2004; 137(2):228-35