Salud pública
Influenza aviar representa un desafío para las estructuras de salud mundiales
Uno de los desastres más devastadores de la historia moderna, producido por una enfermedad infecciosa, ocurrió en 1918 cuando un cuadro de influenza A, el H1N1, se propagó por toda la tierra matando entre 20 y 40 millones de personas. Episodios posteriores ocurrieron el año 1957 originados por el virus H2N2 y en 1968 por el virus H3N2, todos de origen asiático y que han causado un millón de personas muertas cada uno. Esto evoca el peligro de otra epidemia que se puede expandir por el mundo producido por el virus de la influenza asiática aviar, el H5N1. Hay cierto paralelo entre la gripe española de 1918 y la gripe aviar, por su alta virulencia y la falta de inmunidad existente entre humanos. Se prevee el peligro que el virus H5N1 que afecta a las aves se pueda adaptar a la genética humana, por mutación, o paso parcial del ADN vírico al genoma de la influenza, capaz de replicarse en un mamífero y por lo tanto en el hombre. El virus H5N1 proveniente del ganso, ha evolucionado en un genotipo patogénico endémico entre las aves y también entre los pájaros no domésticos del Asia.
Otros estudios han mostrado que el virus H5N1 aislado entre 1999-2002 en pacientes con gripe adquirió la habilidad de replicarse en mamíferos, posiblemente por la transmisión entre cerdos y patos. La posibilidad de su capacidad de infectar a mamíferos, se ha demostrado por la infección en gatos y por la reciente infección de tigres en el zoológico de Thai (Bangkok, Tailandia), que enfermaron o murieron después de haber comido pollos crudos. En comparación con los estudios de 1918, las cepas de virus que produjeron la pandemia circularon por mucho tiempo en otras especies, como cerdos, el tiempo suficiente para obtener un receptor de preferencia. Esto esta sucediendo actualmente con el H5N1. Su infección en cerdos y la ocurrencia esporádica de infecciones en humanos recuerda los sucesos, no documentados, que llevaron a la pandemia de 1918.
A pesar de la diseminación de la industria avícola en Asia, son pocos los casos humanos aparecidos hasta el momento. De un total de 43 casos comprobados, 32 han fallecido en países como Camboya, China, Indonesia, y otros. Sólo en Tailandia y Vietnam se han documentado estas infecciones, lo que no significa que no hayan ocurrido en otros países del continente asiático. Hasta ahora, la mortalidad por este virus es mucho mayor que la del virus de la gripe española que llego al 2.5%, siendo el de la gripe aviar de un 72%. No obstante, no es seguro de que haya habido casos mas suaves producidos por el virus H5N1. Esto obliga a tener una vigilancia sostenida en los países afectados lo que no es siempre posible por deficiencias logísticas, técnicas y financieras. Como el virus H5N1 puede adaptar su material genético al virus de las gripes endémicas de la zona, se ha pensado en vacunar masivamente a la población contra la gripe habitual para evitar esta adaptación. Hasta ahora ha sido imposible demostrar casos de infección entre humanos especialmente en el personal sanitario que cuida a los pacientes. La vacunación del H5N1 sería esencial para el control efectivo de la enfermedad, pero es imposible tener vacunas suficientes para una inmunización total de la población local, regional o mundial.
En respuesta al brote epidémico de 1997, la vigilancia de la influenza de las aves en Hong Kong se intensificó permitiendo un reconocimiento temprano de la cepa, lo que junto con otras medidas preventivas ha permitido estar libre del H5N en el 2004. Esta respuesta puede servir de modelo para países afectados. La continua circulación del H5N1 en las aves de Asia con su esporádica transmisión a humanos sugiere que se está lejos del control de la epidemia. Considerando la tasa de mortalidad de la pandemia de gripe de 1918 se hace inminente que la investigación global colectiva tenga prioridad máxima.
Fuente bibliográfica
N Engl J Med. 2004 Dec 2; 351(23):2363-5