Cardiología
Dietas bajas en sodio aumentarían la mortalidad
Las actuales guías de los organismos gubernamentales relacionados con la salud de los Estados Unidos recomiendan que los adultos consuman menos de 2300mg de sodio por día para prevenir o retrasar el inicio de la hipertensión y bajar una elevada presión arterial. Estas nuevas pautas, están levemente por debajo de lo anteriormente recomendado de 2400mg/día, y también recomiendan que los individuos con hipertensión, de color, de mediana edad o más viejos, consuman no más de 1500mg de sodio por día. Las guías se basan en el manejo de la hipertensión a través de la disminución de sodio en gran parte por los resultados de ensayos clínicos a corto plazo. Sin embargo, estas investigaciones no han determinado en el tiempo las consecuencias cardiovasculares en la morbilidad y mortalidad de un sodio disminuido. En vista de que dietas bajas en sodio pueden generar mayor actividad de los sistemas renina-angiotensina y nervioso simpático, y posiblemente creciente resistencia a la insulina, cada uno de éstos podría tener efectos cardiovasculares adversos. La morbilidad y mortalidad están influenciadas por efectos desfavorables y favorables, así como tan bien las consecuencias desconocidas de una dieta alterada para alcanzar un nivel más bajo de sodio.
En esta área, los datos de la encuesta norteamericana NHANES II (National Health American Nutrition Examination Survey) proporciona una buena oportunidad para determinar la relación a largo plazo entre el consumo de sal y la mortalidad. Epidemiólogos del Albert Einstein College of Medicine en Nueva York (Estados Unidos) analizaron la información de una muestra de personas (n = 7154) que representaban a 78.9 millones de adultos (edades entre 30 y 74 años). Modelos de Cox de riesgo proporcional se utilizaron para calcular el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) y mortalidad por cualquier causa.
Para un promedio de 13.7 años (rango: 0.5-16.8) de seguimiento, se observaron 1343 muertes (541 por ECV). El sodio (ajustado según calorías) y el cociente sodio/calorías como variables continuas tuvieron asociaciones inversamente independientes con mortalidad por ECV (P = 0.03 y P = 0.008, respectivamente). El riesgo ajustado de mortalidad por causas de ECV para concentraciones de sodio menores a 2300mg fue de 1.37 (IC del 95%: 1.03-1.81, P = 0.033), y 1.28 (IC del 95%: 1.10-1.50, P = 003) para cualquier causa. Los umbrales para el sodio de 1900mg y 2700mg dieron resultados similares. Los resultados fueron constantes en la mayoría de los subgrupos examinados, no observándose ninguna relación en menores de 55 años, no-blancos u obesos.
En conclusión, la relación inversa entre el sodio y mortalidad por enfermedad cardiovascular plantea inquietudes con respecto a la probabilidad de una supuesta ventaja de supervivencia que acompañaría una dieta más baja en sodio. Estos resultados destacan la necesidad de estudios adicionales en relación a la temática.
Fuente bibliográfica
Am J Med. 2006 Mar; 119(3):275.e7-14