Estudio ALSPAC
Mariscos y pescados en el embarazo mejoran el desarrollo neurológico de los niños
Los mariscos son fuente predominante de ácidos grasos omega-3, que son esenciales para el óptimo desarrollo neuronal. El bajo consumo de pescados y mariscos durante el embarazo puede provocar una fuerte deficiencia fetal de ácidos grasos esenciales de cadena larga, los omega-3, tales como el DHA (ácido docosahexaenoico) y el ácido eicosapentaenoico (EPA), dando por resultado efectos nocivos sobre el desarrollo neurológico. Sin embargo, en los Estados Unidos, se aconseja a las futuras madres limitar la ingesta de este tipo de alimentos durante la gestación a 340 gramos por semana.
Joseph R. Hibbeln y colaboradores (Instituto Nacional de Salud de loas Estados Unidos, Bethesda) utilizaron datos del Estudio Avon de Padres e Hijos (ALSPAC, por sus siglas en inglés) para determinar las posibles ventajas y peligros sobre el desarrollo infantil de diversos niveles de consumo materno de mariscos durante el embarazo. 11.875 mujeres embarazadas completaron un cuestionario de frecuencia alimenticia que determinaba la ingesta de mariscos en la semana 32 de gestación. Modelos de regresión logística multivariable evaluaron los resultados de desarrollo, de comportamiento y cognoscitivos en niños de 6 meses a 8 años de edad para aquellas mujeres que no consumían nada, algo (1-340 g por semana) y más de 340 g por semana.
Después del ajuste, el consumo materno de mariscos durante el embarazo de menos de 340 g por semana estuvo asociado a un mayor riesgo de que los niños estuviesen en el cuartil más bajo para el cociente de inteligencia verbal (CI) (nada de consumo de mariscos, riesgo [R] 1.48, IC del 95% 1.16-1.90; algo, 1.09, 0.92-1.29; tendencia total, P = 0.004), en comparación con las madres que ingirieron más de 340 g por semana. La menor ingesta también se vio asociada a un riesgo creciente de resultados inferiores al óptimo para el comportamiento pro-social, motricidad fina, comunicación y desarrollo social. Para cada medida de resultado, cuanto más bajo fue el consumo de mariscos durante la gestación, más alto fue el riesgo de problemas de desarrollo.
En conclusión, la ingesta materna de mariscos por debajo de los 340 gramos por semana durante el embarazo no protege a los niños contra resultados adversos; por el contrario, existen beneficiosos efectos sobre el desarrollo infantil cuando se consumen más de 340 gramos/semana, sugiriendo que el consejo de limitar su ingesta podría ser realmente perjudicial. Estos resultados demuestran que los riesgos de la carencia de alimentos son mayores que los riesgos del daño de la exposición a los contaminantes traza encontrados en los mariscos.
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