Inmunología
Segunda dosis de vacuna contra la varicela mejora la protección
La introducción en 1995 de la vacunación universal contra la varicela ha reducido de forma sustancial la morbimortalidad derivada de la enfermedad en los Estados Unidos. Sin embargo, sigue sin aclararse si la inmunidad que induce la vacuna se debilita con el tiempo, lo cual podría traducirse en un aumento de la susceptibilidad en etapas posteriores de la vida cuando el riesgo de complicaciones serias puede ser mayor que en la infancia.
Sandra S. Chaves y colegas (CDC, Atlanta, Estados Unidos), estudiaron los datos de 10 años (de 1995 a 2004) de vigilancia activa en una población centinela de 350.000 personas para determinar si la gravedad y la incidencia de varicela en los vacunados (con aparición de exantema de más de 42 días después de la vacunación) aumentaba al hacerlo el tiempo transcurrido desde la administración de la vacuna. Se utilizó la regresión logística de variables múltiples para realizar ajustes para el año de inicio de la enfermedad (año natural) y la edad del individuo tanto en el momento de inicio de la enfermedad como en el momento de la vacunación.
En total, se comunicó la aparición de varicela durante el periodo de vigilancia en 11.356 personas, de las cuales 1080 (el 9.5%) presentaron la enfermedad a pesar de estar vacunados. Los niños de entre 8 y 12 años de edad que habían sido vacunados hacía más de 5 años tenían una probabilidad significativamente mayor de presentar la forma moderada o grave de la enfermedad que los vacunados hacía menos de 5 años (riesgo: 2.6; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,2 a 5,8). La tasa anual de varicela en vacunados aumentó significativamente al hacerlo el tiempo transcurrido desde la vacunación, de 1.6 casos por 1000 años-persona (IC del 95%: 1.2 a 2.0) en el año posterior a la vacunación a 9.0 por 1000 años-persona (IC del 95%: 6.9 a 11.7) a los 5 años y a 58.2 por 1000 años-persona (IC del 95%: 36.0 a 94.0) a los 9 años.
Se concluye que una segunda dosis de la vacuna contra la varicela, recomendada en la actualidad para todos los niños, podría mejorar la protección tanto frente al fracaso de la primovacunación como frente al debilitamiento de la inmunidad inducida por la vacuna.
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