Nutrición
Reducir consumo de sal previene la enfermedad cardiovascular
La evidencia demuestra que la ingesta reducida de sodio baja la presión arterial y puede prevenir la hipertensión, de hecho, tanto los estudios epidemiológicos como los trabajos aleatorizados indican una fuerte asociación positiva entre el consumo de sal y la presión sanguínea entre las poblaciones. En cambio, datos sobre el efecto de la sal sobre la morbilidad y la mortalidad son limitados y poco concluyentes, aunque análisis ecológicos de varios estudios avalan una asociación directa entre la elevada ingesta de sodio o su excreción urinaria y mortalidad por accidente cerebrovascular.
Para examinar los efectos de la reducción de sal sobre los eventos cardiovasculares, Nancy R. Cook y colaboradores (Universidad de Harvard, Boston, Estados Unidos) utilizaron datos a partir de dos ensayos aleatorizados realizados entre 1987 y 1995, TOHP I y TOHP II. A los participantes con prehipertensión (entre 30 y 54 años) se les había reducido su consumo dietético de sodio, durante 18 meses en el TOHP I y 36 a 48 meses en el TOHP II. El criterio principal de valoración era la enfermedad cardiovascular (infarto de miocardio, AVE, revascularización coronaria o muerte cardiovascular).
Se dividieron al azar 744 participantes en TOHP I y 2.382 en TOHP II a una intervención con bajos niveles de sodio o a un grupo control. Las reducciones netas de sal en los grupos de intervención eran de 44 mmol/24 horas y 33 mmol/24 horas, respectivamente. El estado vital se obtuvo para todos los participantes y la información del seguimiento sobre morbilidad se obtuvo a partir de 2.415 (el 77%) personas, con 200 reportando un acontecimiento cardiovascular. El riesgo de un evento cardiovascular fue de un 25% más bajo entre los del grupo de intervención (riesgo relativo 0.75, intervalo de confianza del 95% 0.57 a 0.99, P = 0.04), ajustado según ensayo, clínica, edad, raza y sexo, y un 30% más bajo después del ajuste adicional para excreción basal de sodio y peso (0.70, 0.53 a 0.94), con resultados similares en cada ensayo. En el análisis secundario, 67 participantes murieron (0.80, 0.51 a 1.26, P = 0.34).
En conclusión, la reducción de sal, que previamente había demostrado disminuir la presión arterial, también puede reducir el riesgo a largo plazo de acontecimientos cardiovasculares.
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