Salud Pública
Alimentos integrales incrementan las expectativas de vida
Los datos de este ensayo indican que los granos enteros y los cereales pueden reducir el riesgo de mortalidad por cualquier causa y por condiciones crónicas como el cáncer, patologías cardiovasculares, diabetes, afecciones respiratorias e infecciones.
La ingesta de granos integrales y fibras de cereales ha sido inversamente asociada con el riesgo de enfermedades crónicas, sin embargo, su relación con la mortalidad total y específica sigue siendo poco clara.
Tao Huang y colaboradores (Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, Cambridge, Estados Unidos) evaluaron prospectivamente la asociación de la ingesta de granos enteros y de fibras de cereales con la mortalidad por cualquier causa y por causas específicas. El estudio incluyó a 367.442 participantes, excluyéndose aquellos con cáncer, enfermedades del corazón, derrame cerebral, diabetes y enfermedad renal en etapa terminal.
Durante un promedio de 14 años de seguimiento, se documentaron 46.067 muertes. El consumo de granos integrales se pudo vincular de forma inversa al riesgo de mortalidad por cualquier causa y por cáncer, afecciones cardiovasculares (ECV), diabetes, enfermedades respiratorias, infecciones y otras causas. En los modelos multivariables, en comparación con los individuos con menor consumo de granos enteros, los de mayor consumo tenían un 17% (IC del 95%, 14 - 19%) menos de probabilidades de morir por alguna causa y un 11 a 48% menos de riesgo por causas específicas (P para la tendencia <0,023); aquellos con mayor ingesta de cereales tenían un 19% (IC del 95%, 16-21%) menos de mortalidad por cualquier causa y un 15 - 34% menos de riesgo de mortalidad específica (P para la tendencia <0,005). Cuando la ingesta de fibras de cereales se ajustó aún más, las asociaciones con la mortalidad por ECV, enfermedades respiratorias e infecciones no llegaron a ser importantes; así como las relaciones con cualquier causa de muerte, por cáncer y por diabetes fueron atenuadas pero siguieron siendo significativas (P para la tendencia <0,029).
En conclusión, el consumo de granos enteros y fibras de cereales se asoció inversamente con la mortalidad total y específica. Estos datos sugieren que tales alimentos representan un componente potencialmente protector.
