Cardiología
Angustia infantil contribuye a problemas cardiometabólicos
La investigación demuestra que la condición psicológica eleva el riesgo de este tipo enfermedades y que los efectos metabólicos pueden darse relativamente temprano en la vida.
Observaciones previas sugieren que anomalías cardiovasculares y metabólicas se ven influenciadas por estados de angustia mental en la edad adulta. Sin embargo, estos análisis están limitados a menudo a poblaciones mayores y/o a una medida instantánea del estado psicológico. Teniendo en cuenta que los trastornos de esta índole se originan en la infancia, una interrogante importante es si tales preocupaciones mentales tempranas influyen en el desarrollo de estas patologías.
Ashley Winning y colaboradores del Departamento de Epidemiología y Bioestadística, de la Universidad de California, Estados Unidos, evaluaron si patrones de trastornos psicológicos, analizados desde la infancia hasta la adultez, son predictores de biomarcadores de riesgo cardiometabólico y por otro lado, determinaron si los efectos de angustia sostenida diferían de exposiciones más limitadas. La muestra (n = 6.714) se compuso de una amplia número nacimientos, quienes completaron repetidas mediciones del malestar, así como una encuesta biomédica a la edad de 45 años. Los diferentes perfiles durante el curso de la vida (personas sin angustia, sufrimiento sólo durante la niñez, sólo en edad adulta, o persistente) fueron identificados a partir de 6 evaluaciones entre los 7 y 42 años. El riesgo se analizó mediante la combinación de información a partir de 9 biomarcadores de función del sistema inmunológico, cardiovascular y del metabolismo. Finalmente, los investigadores utilizaron modelos de regresión lineal ajustados a covariables para analizar el peligro asociado a cada perfil.
Los resultados mostraron que en comparación con aquellos que no sufrieron del estado de intranquilidad, el riesgo cardiometabólico fue mayor entre personas que padecían angustia en las categorías correspondiente a solamente en la infancia (β = 0,11, ES = 0,03, p = 0,0002), solo en edad adulta (β = 0,09, ES = 0,03, p = 0,007) y a aflicción persistente (β = 0,26, ES = 0,04, p <0,0001).
En resumen, la angustia psicológica en cualquier momento de la vida se asocia a un mayor riesgo de enfermedades metabólicas, lo cual es aún más notorio cuando ocurre durante la infancia. Los autores sugieren que el desarrollo emocional temprano puede ser un objetivo para la prevención y promoción de salud cardiovascular.
