Pediatría
Antidepresivos en el embarazo no aumentan el asma en los hijos
Según los resultados de esta investigación danesa, el uso de antidepresivos durante el embarazo, en general, no aumentó el riesgo de asma en los hijos de mujeres con depresión.
La depresión afecta a un 7 - 13% de las mujeres embarazadas. La prescripción de antidepresivos durante la gestación ha aumentado, desde el 0,2% de los embarazos en 1997 al 3,2% en 2010 en Dinamarca, y del 2% en 1996 al 7,6% en 2005 en los Estados Unidos. Estos medicamentos pueden atravesar la placenta y entrar en la circulación fetal, por cuanto su utilización se ha convertido en interés de salud pública y una preocupación clínica.
Xiaoqin Liu y co-investigadores de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, examinaron si el uso prenatal de antidepresivos aumentaría la probabilidad de asma en los hijos. El estudio de cohorte se realizó en hijos únicos nacidos vivos entre 1996 y 2007. Se consideraron madres con diagnóstico de trastorno depresivo y/o bajo antidepresivos 1 año antes o durante el embarazo. Mediante un modelo de regresión de riesgos proporcionales de Cox, se estimó el cociente de riesgo (R) para el asma en los hijos.
De los 733.685 niños identificados, 84.683 tenían diagnóstico de asma. Un total de 21.371 niños fueron expuestos a depresión materna prenatal. La depresión materna se pudo vincular con el asma infantil (R: 1,25 [intervalo de confianza del 95% (IC): 1,20 a 1,30]). En total, 8.895 niños fueron expuestos a los antidepresivos en el útero. En comparación con los nacidos de madres con depresión prenatal y sin antidepresivos durante el embarazo, el riesgo asmático después de cualquier antidepresivo durante el embarazo era de 1,00 (IC del 95%: 0,93 a 1,08). Los riesgos después de la utilización de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, un antidepresivo más nuevo y antidepresivos más antiguos eran 0,95 (IC del 95%: 0,88 a 1,03), 1,11 (IC del 95%: 0,89 a 1,39) y 1,26 (IC del 95%: 1.02- 1,55), respectivamente.
En resumen, los antidepresivos durante el embarazo no aumentan el riesgo de asma. Solamente los principios más antiguos se relacionaron a una mayor presencia de la enfermedad.
