Salud Pública
Carotenoides protegen de la enfermedad benigna de la mama
La prevención de la condición femenina puede ser uno de los muchos efectos positivos para la salud del consumo de frutas y hortalizas.
Los carotenoides pueden reducir el riesgo de la patología benigna de la mama (EBM), un factor de riesgo independiente para el cáncer mamario, a través del efecto antioxidante o por mecanismos antiproliferativos. La exposición a los carotenoides puede ser más importante durante la adolescencia cuando el tejido mamario está aún en desarrollo.
Caroline E. Boeke y colaboradores de los departamentos de Epidemiología y Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, Boston, Estados Unidos, examinaron la ingesta adolescente de carotenoides en relación con la EBM en 6593 mujeres jóvenes. Mediante cuestionarios de frecuencia alimentaria se evaluaron los consumos de α-caroteno, β -caroteno, β -criptoxantina, luteína/zeaxantina y licopeno, los años 1996, 1997 y 1998. Los autores llevaron a cabo una regresión logística de la ingesta de carotenoides ajustada en relación con la EBM, según edad, antecedentes familiares de cáncer de mama o EBM, edad de la menarquia, nuliparidad, consumo de alcohol, índice de masa corporal y actividad física .
La media (DE) de edad al inicio del estudio era de 12,0 (1,6) años. La ingesta de β-caroteno se asoció inversamente con la EBM; al comparar el cuartil más alto con el más bajo, el riesgo ajustado multivariable fue de 0,58 (intervalo de confianza del 95%: 0,34 a 1,00; P = 0,03). El α -caroteno y luteína/zeaxantina también se asociaron inversamente con la EBM, pero los efectos no fueron estadísticamente significativos.
Finalmente, la ingesta de carotenoides en la adolescencia puede estar asociada a un menor riesgo enfermedad benigna de la mama; estos resultados justifican más estudios.
