Geriatría
Consumo elevado de proteínas aumenta prevalencia del cáncer
Antes de este estudio, las investigaciones nunca habían demostrado una correlación definitiva entre el alto consumo de proteínas y el riesgo de mortalidad.
Se sabe que en seres humanos y ratones con deficiencias del receptor de la hormona del crecimiento y del factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1) se dan importantes reducciones en las enfermedades relacionadas con la edad.
Debido a que la restricción proteica reduce la actividad de GHR/IGF-1, docentes de la Universidad del Sur de California, en Los ángeles, Estados Unidos, examinaron los vínculos entre la ingesta de proteínas y la mortalidad.
Los encuestados entre 50 y 65 años que habían declarado un alto consumo proteico tenían un incremento del 75% en la mortalidad general y 4 veces más de mortalidad por cáncer durante los 18 años siguientes. Estos vínculos fueron o abolidos o atenuados si las proteínas eran de origen vegetal. A la inversa, la alta ingesta de proteínas se asociaba a cáncer y reducción de la mortalidad global en los consultados de más de 65 años, pero con un incremento de 5 veces en la mortalidad por diabetes a través de todas las edades. Estudios en ratones confirmaron el efecto de la alta ingesta proteica y la señalización GHR/IGF-1 sobre la incidencia y progresión de tumores de mama y melanoma, además de los efectos perjudiciales de una dieta baja en proteínas en ancianos.
Estos resultados sugieren que ingerir un esquema proteico moderado durante la mediana edad seguido de un alto consumo en la vejez puede optimizar la salud y la longevidad.
