Neurología infantil
El estado epiléptico convulsivo se asocia con alteraciones del desarrollo
El presente estudio demuestra la disminución de los niveles de funcionamiento y de desempeño en niños que han sufrido una crisis convulsiva, incluyendo en aquellos con convulsiones febriles prolongadas.
El estado epiléptico convulsivo (EEC) es la emergencia neurológica pediátrica más común y a menudo se relaciona con resultados desfavorables para el neurodesarrollo. El crecimiento temprano de los niños con EEC no ha sido investigado previamente, dejando un vacío en la comprensión de cómo surgen estos resultados adversos a largo plazo.
Neurólogos del Instituto UCL de Salud Infantil, en Londres, Reino Unido, estudiaron de forma prospectiva a niños de edades comprendidas entre 1 y 42 meses que tuvieron al menos un episodio de EEC, eventos clasificados como convulsiones febriles prolongadas (CFP) o EEC no febriles. Se realizaron Investigaciones neuropsicológicas y de imagen dentro de las 6 semanas después del EEC (línea de base) y se repitieron un año después (seguimiento). A su vez, el neurodesarrollo se evaluó mediante la Escala Bayley de Desarrollo Infantil III y en comparación a niños con desarrollo normal.
De los 54 niños sometidos a investigaciones con una media de 38 días de seguimiento después del EEC, 27 tenían CFP (edad media 18,4 meses) y 27 EEC no febriles (edad media 15,5 meses). Además, se evaluaron 17 controles sanos (edad media 20,49 meses). Los niños con EEC no febriles presentaban un desarrollo precario versus los infantes con CFP (p <0,002), a pesar de no haber diferencias en las características de las convulsiones. En contraste con las expectativas, el grupo con CFP tenía un peor resultado en el desarrollo que los controles (p = 0,002). No se registraron diferencias significativas en el rendimiento desde el inicio hasta el año de seguimiento para el 70,4% de los niños que habían proporcionado datos. Las características de las convulsiones no se mostraron como predictores significativos de rendimiento.
Finalmente, el estado epiléptico convulsivo se asocia con alteraciones del desarrollo dentro de las 6 semanas después del evento, las que siguen estando presente un año después. Esto también se observó en los casos de convulsiones febriles prolongadas. La ausencia de un cambio en el rendimiento desde el inicio hasta el seguimiento, así como la falta de relación entre las características de las convulsiones y los resultados del desarrollo, apoya la idea que las capacidades pre-mórbidas pueden eclipsar los efectos directos del EEC.
