Epidemiología
El momento de los alimentos determina la variación de peso
Comer tarde puede poner en peligro el éxito de una terapia de pérdida de peso. Sorprendentemente, el consumo total de energía, composición de la dieta y el gasto energético no fueron la base para explicar tales resultados.
Existe literatura reciente que demuestra una relación entre la temporización de la alimentación y la regulación del peso en los animales. Sin embargo, se desconoce si el momento de la ingesta alimentaria influye en el éxito de un esquema para disminuir de peso en seres humanos.
El grupo liderado por M. Garaulet (Departamento de Fisiología de la Facultad de Biología de la Universidad de Murcia, en España), evaluó el impacto del momento de la ingesta de alimentos sobre la efectividad para bajar de peso en una muestra de 420 personas que siguieron un periodo de 20 semanas de tratamiento. Los participantes (49,5% de sexo femenino, con una edad (media ± DE): 42 ± 11 años, IMC: 31,4 ± 5,4 kg m-2) se dividieron en un grupo de comidas tempranas y en otro de alimentación tardía, de acuerdo con el momento de la comida principal. 51% eran comedores tempranos y el 49% tardíos (la hora del almuerzo, antes y después de las 15:00 horas, respectivamente), además se estudiaron la ingesta y gasto energético, las hormonas del apetito, genotipo Reloj, duración del sueño y cronotipo.
Los consumidores de última hora perdieron menos peso y presentaron un menor ritmo de pérdida de peso durante las 20 semanas de seguimiento respecto a los consumidores temprano (P = 0,002). Sorprendentemente, la ingesta de energía, composición de la dieta, gasto energético estimado, hormonas del apetito y duración del sueño presentaron valores similares en ambos grupos. Sin embargo, los consumidores tardíos tomaban desayunos menos energéticos y se los saltaban con más frecuencia (todos, p <0,05). El polimorfismo de un solo nucleótido (SNP) rs4580704 se asoció con el momento de la comida principal (P = 0,015) y con una mayor frecuencia del alelo menor (C) entre los portadores de comidas tardías (P = 0,041). Ni la duración del sueño, ni el SNP, ni el cronotipo mañana/tarde estuvieron vinculados de forma independiente con la pérdida de peso (todos, p> 0,05).
En conclusión, comer tarde puede influir en el éxito de la terapia para perder peso. Se deben incorporar estrategias terapéuticas más novedosas, no sólo respecto al consumo de calorías y distribución de macronutrientes, como clásicamente se hace, sino también para el tiempo de la comida.
