Epidemiología
El ritmo circadiano predice la eficacia para bajar de peso
La alta variabilidad en la respuesta para perder peso estuvo significativamente relacionada con el ritmo circadiano de temperatura de la muñeca. Por lo tanto, la alta amplitud del ritmo y la baja fragmentación fueron predictores de la pérdida de peso y de una mayor eficacia de la intervención.
Algunos de los retos más importantes asociados al control exitoso del peso incluyen la identificación de las personas que no responden a intervenciones específicas, así como la capacidad de mantener los potenciales beneficios a corto a largo plazo.
El objetivo de esta investigación (Departamento de Fisiología de la Universidad de Murcia, en España) fue investigar la posible relación entre la pérdida de peso y la ritmicidad circadiana, utilizando mediciones de actimetría y temperatura de la muñeca en mujeres sometidas a un programa de pérdida de peso, con el fin de evaluar si la ritmicidad circadiana podría ser un marcador de eficacia para bajar de peso. Los participantes, 85 mujeres con sobrepeso y obesidad (índice de masa corporal: 30.24 ± 4.95 kg m-2), fueron sometidas a un programa de reducción de peso. La eficacia del tratamiento se definió como la pérdida de peso total, porcentaje de peso inicial y las tasas de pérdida de peso semanal.
Una menor pérdida de peso se relacionó a un patrón más plano medido como amplitud de cosinor (r = 0,235, P = 0,032), a una elevada fragmentación de los ritmos determinada por una mayor variabilidad intradiario (IV) (r = -0,339, P = 0,002), y a un ritmo circadiano deteriorado determinado por el índice de función circadiana (r = 0,228, P = 0,038). Análisis posteriores mostraron que la baja respuesta tenía una menor amplitud (0,71 ± 0,36 frente a 1,24 ± 0,62, P = 0,036) y una mayor fragmentación del ritmo circadiano (0,24 ± 0,11 frente a 0,15 ± 0,07, P = 0,043) que los pacientes con respuesta elevada. No se encontraron diferencias significativas en las tasas de actividad total entre los altos respondedores y respondedores bajos, con importantes diferencias en los valores promedios de la posición del cuerpo en los altos respondedores (39,12 ± 3,79°) en comparación con mujeres con respuestas altas (35,31 ± 2,53°, P = 0,01).
En conclusión, los ritmos circadianos al principio del tratamiento son buenos predictores de la futura pérdida de peso. El tratamiento posterior debe considerar aspectos cronobiológicos para diagnosticar la obesidad y efectividad de los tratamientos.
