Enfermedades Respiratorias
Exposición temprana a los animales disminuye riesgo de asma
Este estudio de gran escala y basado en registros, mostró que el contacto con perros durante el primer año de vida se vinculó con menores probabilidades de padecer la condición respiratoria y adicionalmente, la cercanía con animales de granja se relacionó a menores apariciones en niños de etapa escolar.
La asociación entre la exposición temprana a los animales y el asma infantil no está clara y por otro lado, estudios previos han arrojado resultados contradictorios.
El objetivo de este análisis (Tove Fall y colaboradores del Laboratorio de Epidemiología y Ciencias para la Vida, Universidad de Uppsala, Suecia) fue determinar si la exposición a perros y animales de granja confiere riesgo de asma. Se realizó un estudio de cohorte en todo el país, en donde se evaluó la correspondencia entre el contacto temprano y el peligro de sufrir la patología, incluyendo a todos los nacidos en Suecia entre el 1 de enero de 2001 al 31 de diciembre de 2010 (N = 1.011.051). Se utilizaron datos de registro de animales, información sobre medicamentos relacionados, diagnósticos y factores de confusión para padres y sus hijos. La asociación se evaluó como la razón probabilística (OR) para un diagnóstico reciente a los 6 años para quienes se encontraban en período escolar y mediante la razón de riesgo (HR) en edades de 1 a 5 años para el ciclo de enseñanza previo. Finalmente, los datos fueron analizados a partir del 1 de enero de 2007 al 30 de septiembre de 2012.
De la totalidad de individuos nacidos durante el período de estudio, 376.638 en ciclo preescolar (53.460 [14,2%] expuestos a perros y 1.729 [0,5%], a animales de granja) y 276.298 niños en edad escolar (22.629 [8.2 %] relacionados con canes y 958 [0,3%], a animales de granja) se incluyeron en los análisis. De ellos, un total de 18.799 (5,0%) de la cohorte preescolar experimentaron un evento antes de la línea basal, registrándose además 28.511 casos de asma y determinándose 906.071 años en situación de riesgo durante el seguimiento (tasa de incidencia, 3,1 casos por cada 1.000 años en esta condición). En el grupo escolar, 11.585 niños (4,2%) experimentaron eventos a los 7 años. La interacción con perros durante los primeros 12 meses de vida se asoció con un menor peligro en esta etapa (OR, 0,87; IC del 95%, 0,81 - 0,93) y en participantes de 3 años o más (HR, 0,90; IC del 95%, 0,83 - 0,99), no observándose este comportamiento a edades inferiores (HR, 1,03; IC del 95%, 1,00 - 1,07). Por otro lado, los resultados fueron consistentes cuando se analizaron sólo a primogénitos. Finalmente, el contacto con animales de granja también se vinculó con menores probabilidades de sufrir la condición en ambas etapas de enseñanza (OR, 0,48; IC del 95%, 0,31-,76, y HR, 0,69; IC del 95%, 0,56-0,84).
En resumen, los datos apoyan la hipótesis de que la exposición a perros y animales de granja en períodos tempranos de vida reduce el riesgo de asma en niños de 6 años. Esta información podría ser útil en la toma de decisiones de familias y médicos sobre la conveniencia de tal interacción.
