Otorrinolaringología
Pérdida de audición aumenta la prevalencia depresiva
El trastorno auditivo, una discapacidad invisible y una de las enfermedades crónicas más comunes durante la vejez, puede imponer una considerable carga social y económica en los individuos, en familias, comunidades y países.
No se ha podido concluir fehacientemente en una muestra representativa de adultos en los Estados Unidos la relación entre la depresión y la hipoacusia. Estudios previos se han limitado principalmente a los adultos mayores o poblaciones específicas, geográficas o étnicamente distintas, y éstos, por lo general, han demostrado resultados contradictorios.
Epidemiólogos de los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda, Estados Unidos, estimaron la prevalencia y los factores de riesgo para la depresión en adultos de 18 años o más (N = 18318) con pérdida auditiva. Los principales resultados a medir fueron: depresión, evaluada por la escala PHQ-9, las deficiencias auditivas, analizadas por informes propios y la audiometría para adultos mayores.
La prevalencia de depresión moderada a severa (PHQ- 9, ≥ 10) fue de 4,9% para las personas que reportaban un excelente oído, 7,1% para los que tenían buen oído y 11,4% de los participantes que informaron de algunos problemas o pérdida auditiva. Utilizando un excelente oído como referencia, después de ajustar por todas las covariables, los riesgos (R) para la depresión eran de 1,4 (IC del 95%, 1,1 a 1,8) para la buena audición, 1,7 (1,3 - 2,2) para algo de dificultad, 2,4 (1,7 - 3,2) para problemas moderados, 1,5 (0,9 - 2,6) para un grupo de problemas y 0,6 (0,1 - 2,6) para la sordera. Problemas auditivos moderados se relacionaron significativamente con la depresión en las mujeres de mayor edad (R, 3,9; IC del 95%, 1,3 a 11,3), después de ajustar por edad, sexo, raza/origen étnico, características de estilo de vida y condiciones de salud.
Finalmente, tras considerar las condiciones de salud y otros factores, incluyendo la dificultad para ver, percepción subjetiva de la pérdida auditiva y su determinación audiométrica, la hipoacusia se vinculó significativamente a la depresión, especialmente en mujeres. Los profesionales sanitarios deben ser conscientes de un mayor riesgo de depresión en adultos con deficiencia auditiva.
