Dermatología y Venereología
Plasmaféresis alivia la crioglobulinemia
Esta modalidad terapéutica también puede ser útil en individuos que no toleran agentes tales como la talidomida o los efectos adversos sistémicos que impiden su uso a largo plazo.
Las crioglobulinas son inmunoglobulinas que precipitan en frío y que se producen de forma secundaria a alteraciones linfoproliferativas, infecciones virales crónicas y enfermedades autoinmunes. Su tratamiento debe apuntar al trastorno subyacente, sin embargo, este enfoque suele ser difícil, y las opciones terapéuticas siguen siendo limitadas para el tipo I de la crioglobulinemia.
En este estudio realizado por dermatólogos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston, Estados Unidos, se presenta un caso de crioglobulinemia tipo I recalcitrante tratada con éxito mediante plasmaféresis junto con talidomida y dexametasona. La paciente, una mujer de 50 años con la condición y úlceras en las extremidades inferiores también había desarrollado glaucoma agudo de ángulo cerrado tras la aparición de nuevas máculas sobre sus extremidades superiores.
Un curso corto inicial de 5 tratamientos de plasmaféresis mejoró las lesiones cutáneas, así como el glaucoma. Por el contrario, tres dosis semanales de rituximab no evidenciaron ninguna mejoría clínica, por lo que la talidomida y dexametasona se administraron como terapia de reemplazo. Debido al incremento en el dolor y la persistencia de las úlceras, la plasmaféresis intensiva se reanudó y continuó 3-4 veces por semana durante aproximadamente 4 meses, tras lo cual se inició un régimen de disminución progresiva de dosis. Esta terapia se relacionó a una rápida y progresiva cicatrización de las úlceras, a la estabilización de las lesiones de la piel y al control de la presión intraocular.
Finalmente, el uso a largo plazo de la plasmaféresis puede ser una opción de tratamiento bien tolerado para los casos terapéuticamente desafiantes de crioglobulinemia.
