Síndrome de fatiga crónica puede tener un origen postinfección vírica
El reconocimiento de que los enterovirus son los principales candidatos para su causa sugiere lo crítico que es llevar a cabo una investigación relevante sobre estos.
La Encefalomielitis miálgica o síndrome de fatiga crónica (por sus siglas en inglés ME/CFS) es una enfermedad incapacitante y a menudo grave, hasta ahora incurable, que durante mucho tiempo se ha asociado a brotes discretos e incidentes esporádicos de enfermedades de tipo vírico. Sus causas exactas no se conocen del todo y se considera una enfermedad compleja y multifactorial. Se han propuesto varias teorías y factores como posibles contribuyentes, pero no se ha identificado definitivamente ninguna causa única.
Un equipo de invetigación de la Universidad de Cornell (EEUU) liderado por la profesora Maureen Hanson ha propuesto varias hipótesis acerca de las causas:
-Infecciones por virus de la familia de los enterovirus. Se basa en brotes históricos que coinciden con enfermedades causadas por enterovirus, así como en pruebas de infección vírica crónica en algunos pacientes. Aunque esto podría ser la causa de muchos más casos, no es posible identificar el virus específico.
-Herpesvirus humanos (HHV), como el virus de Epstein-Barr y el HHV-6.
-Síndromes post-virales, incluyendo las secuelas post-agudas de COVID-19 (PASC). Se incluyen en un área emergente de comprensión clínica. Algunos individuos con COVID-19 leve o asintomática experimentan posteriormente una enfermedad postviral que comparte síntomas con el ME/SFC.
A la luz de una gran pandemia vírica con cuadros persistentes de ME/SFC, Hanson recopiló información sobre brotes históricos e interrogó sobre los distintos criterios utilizados por grupos de investigación y clínicos para definir la enfermedad.
Centrarse en las infecciones víricas es una vía de investigación intrigante, puesto que ya hay muchas afecciones asociadas.
Existen anomalías del sistema inmunitario relacionadas con el ME/SFC; los factores genéticos pueden desempeñar un papel en la susceptibilidad. El sistema nervioso central está relacionado con muchos de los síntomas. Pueden estar implicados una serie de posibles factores ambientales, como las toxinas, el estrés y los traumatismos. Investigaciones recientes indican problemas con el metabolismo energético celular, en particular con las mitocondrias, que conducen a la fatiga y la disminución de la resistencia. La desregulación hormonal y la microbiota intestinal podrían desempeñar un papel, y la lista continúa.
No hay pruebas de que múltiples patógenos puedan causarla. Sugiere que la hipótesis persiste debido a la sobreinterpretación de los datos de estudios previos en los que el tipo de infección inicial se omitió, se dedujo pero no se verificó, o en los que la encuesta de síntomas no incluía criterios definitorios.
En la actualidad, no existe una prueba diagnóstica específica ni un tratamiento universalmente eficaz, lo que hace que sea una enfermedad difícil de tratar y este suele centrarse en el control de los síntomas, intentando mejorar la calidad de vida de las personas mediante consejos del tipo: "Haz ejercicio con regularidad, come bien, duerme lo suficiente". La enfermedad puede ser frustrante para los pacientes que los siguen sin encontrar alivio.