Vacunas atenúan los efectos mentales de la COVID-19
La inmunización no solo brinda protección contra el virus, sino que además mitiga el impacto en la salud mental, disminuyendo casos de depresión y enfermedades mentales graves.
Diversos estudios realizados tanto en hospitales como en la población en general han encontrado asociaciones entre la COVID-19 y enfermedades mentales posteriores. No obstante, la evidencia sobre cuáles de estos trastornos están vinculados con el SARS-CoV-2 en función del estado de vacunación es limitada.
El equipo dirigido por la Dra. Venexia Walker de la Universidad de Bristol en Reino Unido, se propuso identificar cuáles enfermedades mentales están relacionadas con el diagnóstico de COVID-19, considerando el estado de vacunación, tanto en pacientes hospitalizados como en la población general.
Se llevó a cabo un estudio con tres cohortes en Inglaterra, una antes de la disponibilidad de las vacunas (n= 18.648.606), durante la época de la variante alfa, y dos (vacunados [n= 14.035.286] y no vacunados [n= 3.242.215]) durante el periodo de la variante delta. Se incluyeron individuos registrados en consultorios médicos por al menos 6 meses, de 18 a 110 años, con un diagnóstico confirmado de COVID-19. Se evaluó la incidencia de diversas afecciones mentales tras la infección, específicamente depresión, enfermedad mental grave, ansiedad generalizada, trastorno de estrés postraumático, trastornos alimentarios, adicción, autolesiones y suicidio.
En las semanas 1 a 4 después de la COVID-19, el grupo vacunado mostró una menor incidencia de enfermedades mentales en comparación con los no vacunados y aquellos de la época anterior a la disponibilidad de las vacunas (IC 95%). En particular, la depresión y las enfermedades mentales graves fueron menos comunes entre las personas vacunadas. Además, se encontró que los trastornos mentales eran más frecuentes y persistentes en quienes habían sido hospitalizados a causa de la infección. Su prevalencia se mantuvo elevada hasta un año después de la COVID-19 grave en personas no vacunadas.
En conclusión, estos hallazgos sugieren que la vacunación podría desempeñar un papel crucial en la reducción de los efectos negativos de la COVID-19 sobre la salud mental.
Fuente bibliográfica
COVID-19 and Mental Illnesses in Vaccinated and Unvaccinated People
Walker VM, et al. Population Health Sciences, University of Bristol
DOI: 10.1001/jamapsychiatry.2024.2339