Dr. Raúl Sued Moisés:
"El cambio climático tiene efectos sobre la salud cardiovascular"
Investigaciones apuntan a que las temperaturas extremas aumentarán, lo que significa una alerta para personas de la tercera edad con cardiopatías, quienes son más vulnerables a las olas de calor.
Según un estudio publicado por The Lancet Planetary [1], a nivel global las temperaturas extremas son responsables de más de cinco millones de los de decesos adicionales cada año. En la región 9,43% de la mortalidad se atribuye a este factor.
Algo no menor es el efecto de las temperaturas extremas en la incidencia de enfermedades cardiovasculares, considerando que la población con alta prevalencia de enfermedades no transmisibles es más vulnerable, dada la menor capacidad para adaptarse a estos cambios.
El cardiólogo Raúl Sued Moisés de Nueva Clínica Cordillera en Chile destaca la importancia del abordaje oportuno del equipo de salud y la educación de los pacientes frente a los primeros síntomas.
- ¿Cómo impactan las olas de calor en el cuerpo humano?
Este proceso incluye el aumento de la frecuencia cardíaca, sudoración profusa y la redistribución del flujo sanguíneo hacia las zonas que más lo necesitan. En personas sanas estos cambios no suelen generar mayores complicaciones. Sin embargo, en aquellos con patologías como hipertensión y diabetes, así como en quienes consumen varios medicamentos al día, los efectos pueden ser graves y causar arritmias, infartos e incluso muerte súbita.
- ¿Cuáles son los grupos vulnerables?
En ancianos, niños y embarazadas las consecuencias pueden agravarse debido a que los mecanismos de adaptación no son los mismos, porque la autorregulación es más tardía; y los niveles de agua corporal tampoco son óptimos.
Además, tenemos que considerar la cantidad de fármacos que consume la tercera edad, que promedian entre ocho a 10 por día, lo cual afecta directamente en el sistema hormonal, así como en el cardiovascular. Por lo tanto, la adaptación nunca será la misma a las de otro grupo etario.
Sin embargo, es importante mencionar a los más jóvenes, quienes tampoco están libres de todo riesgo. Previo al verano muchos suelen entrar en una especie de fanatismo por ponerse en forma, para lo cual comienzan a entrenar exageradamente de un día para otro, en horarios no convenientes, con alta temperatura, llevando al cuerpo a la deshidratación. A esto se le suma la práctica de dietas que no siempre son recomendables o aptas para la salud. De allí vienen, muchas veces, los efectos contraproducentes de la adaptación cardiovascular en la población juvenil y que llevan a sufrir los mismos efectos que los pacientes vulnerables.
- ¿Cómo se deben abordar los casos graves?
Las medidas deben ser inmediatas y extremas. En el adulto mayor, cuando estamos frente a síntomas de cefalea, taquicardia, sudoración profusa, hipotensión o confusión, lo primero es dejar al paciente en observación, colocar compresas frías y suero para mejorar el nivel de hidratación. Por otra parte, se deben suspender todos los medicamentos, en especial aquellos que bajan la presión, hasta que se recupere del golpe de calor. Solo después se puede retomar la medicación y ver cómo se adapta a cada caso.
- ¿Es la temperatura elevada un factor determinante en la patología cardiovascular?
El cambio climático y la contaminación del ambiente pueden provocar factores proinflamatorios en la sangre y desencadenar cuadros de taquicardia, hipotensión y confusión que derivan en arritmias, infartos o accidentes vasculares.
Referencias:
[1] Zhao Q, Guo Y, Ye T, et al. Global, regional, and national burden of mortality associated with non-optimal ambient temperatures from 2000 to 2019: a three-stage modelling study. Lancet Planet Health. 2021;5(7):e415-e425.
Por María Ignacia Meyerholz