Dr. Roberto Calderón Velásquez:
“El FibroScan revolucionó la detección temprana de enfermedades hepáticas”
Para pacientes con este tipo de patologías, el diagnóstico y tratamiento oportuno resulta fundamental. Mientras que un enfoque multiorgánico y cambios en el estilo de vida juegan un rol importante en su manejo.
Según la Organización Mundial de la Salud, la hepatitis constituye la segunda causa infecciosa de muerte. Con 1,3 millones de fallecimientos en 2022, 83% de estos se deben a la hepatitis B y 17% por hepatitis C. A pesar de los progresos en la materia, las muertes siguen aumentando debido a una falta de diagnóstico y tratamiento [1].
En su consulta diaria, el hepatólogo de Omni Hospital en Guayaquil, Roberto Calderón Velásquez, suele enfrentar "hígados grasos, esteatosis y todo lo derivado de inflamaciones hepáticas, que son las esteatohepatitis con trastorno metabólico. Esta incluye diabéticos, obesos, dislipidémicos y abarca más enfermedades".
Patologías que deben ser tratadas de forma multiorgánica y con un foco en el cambio del estilo de vida. "Uno de los grandes problemas de estos días es el hábito de comer. Tratamos de evitar las grasas saturadas, que sea una alimentación con grasas insaturadas y que no haya ningún ácido graso o componente transgénico", explica el especialista.
- ¿Cómo aborda la adherencia al tratamiento y la polifarmacia?
En una primera consulta, la adherencia al tratamiento a la gente le cuesta. Pero cuando se va haciendo muy larga la evolución de la patología y el paciente no mejora, ahí tenemos que luchar. Puede que no se esté cumpliendo por olvido u otros motivos. Entonces, hay que ver qué está pasando. Se debe ser estricto en que se cumpla la toma de medicamentos, que se hagan los exámenes y monitorear el peso del paciente.
Con la polifarmacia, se hace más complejo. Se comienzan a eliminar pastillas. Si el paciente es tratado por muchos médicos, muchas veces tiene que tomar 10-12 pastillas al día. Aparte de que esto también impacta el hígado. Entonces, tratamos de disminuir en la medida de lo posible. Por ejemplo, porque está inflamado el hígado, el colesterol está elevado, los triglicéridos muy altos, hay una resistencia a la insulina o hipertensión. En esos casos, los fármacos no se pueden quitar.
- ¿Qué nuevas tecnologías han mejorado la detección temprana de enfermedades hepáticas?
Para evaluaciones hepáticas, tenemos exámenes de sangre, ecografía y FibroScan. Este último fue lo que más revolucionó y evitó hacer muchas biopsias. No es que esta no siga siendo importante, pero en ciertas patologías el FibroScan nos saca de apuros porque su principal virtud es detectar a tiempo pacientes que tengan fibrosis hepática.
Si un paciente es un bebedor social, sin decir alcohólico, que comienza a tener las enzimas elevadas, que sigue bebiendo y dice que se siente bien con el alcohol, se le hace un FibroScan y se puede encontrar una fibrosis. Al largo plazo, esta se puede convertir en una cirrosis. Con esa evidencia, el paciente se asusta y ayuda a frenar su hábito.
- Después del diagnóstico y una vez que ya comienza el tratamiento, ¿cómo se maneja la evolución de esos pacientes?
El objetivo es que todo se normalice. Si el hilo está acelerado por el alcohol, ver que las enzimas que tienen que ver con esta inducción, el colesterol y los triglicéridos estén normales, que baje de peso, que ya no tenga resistencia a la insulina y que estén controlados los valores de lípidos. Después seis meses a un año, se hace un FibroScan para ver si disminuyó la fibrosis.
Si el paciente baja de peso, ya no tiene que recibir metformina porque se supone que ya no tiene resistencia a la insulina. Si tiene el colesterol normal, es porque está haciendo una buena dieta y se le pueden quitar esas pastillas. Le vas quitando y quitando. A la larga, es un trabajo de hormiga.
- ¿Qué investigaciones de la patología destacaría usted del último tiempo?
Un gran cambio fue el tratamiento de la hepatitis C. Actualmente, más del 95% de pacientes se curan con un tratamiento de tres meses y antes se tenía que dar el tratamiento de 12 a 24 meses. Y, después de esos meses, tener la sorpresa de que el paciente recidivó. Ahora, hay más del 95% casi 98% de efectividad, entonces eso ha sido un boom. Aunque la hepatitis C en nuestro país no es tan prevalente.
- ¿Consideraría que el desafío es erradicar la hepatitis C?
En este momento, no es que se vaya a erradicar, pero ya no es un problema de salud mundial como antes porque la incidencia de curación es tremenda. La hepatitis C siempre se la temió porque más del 90% de los que tenían hepatitis aguda, se volvía crónica. A diferencia de la B que solo el 10% se hacía crónica. Era diferente el enfoque. Un paciente con hepatitis C tenía alta posibilidad de ser crónico y había que comenzar a trabajarlo en etapa aguda. Sin embargo, muchas veces no venía en esta etapa porque la hepatitis era muy larvada, tenía las enzimas un poquito elevadas y no se hacía exámenes. Entonces, la agarrábamos siempre en hepatitis crónica. Ni se enteraba de que tenía las enzimas elevadas.
- ¿Cuáles son los desafíos de su especialidad?
Aquí tenemos buenos laboratorios para el diagnóstico de patologías, pero siempre estaremos limitados a ciertos exámenes que no se pueden realizar porque hay poca incidencia o son más caros. Pero, con el tiempo, vamos a tenerlos. Años atrás, los exámenes de hepatitis se mandaban a hacer Estados Unidos o a Colombia. Ahora tenemos laboratorios acá. Hay muchas cosas que ya no son futuros, sino que estamos en la actualidad. Realmente tenemos una buena tecnología. Cada vez va llegando gente más especializada y subespecializada.
Referencias:
[1] Organización Mundial de la Salud. (2024). La OMS da la alarma sobre las hepatitis víricas que se cobran 3500 vidas al día. Recuperado de: https://www.who.int/es/news/item/09-04-2024-who-sounds-alarm-on-viral-hepatitis-infections-claiming-3500-lives-each-day