Dr. Leopoldo Abad Terán:
“En psiquiatría no todo es un protocolo fijo, cada persona es un mundo diferente”
Combinando el trastorno depresivo mayor y la distimia, la depresión doble es una patología subdiagnosticada que requiere de una buena semiología psiquiátrica para su pesquisa.
Tomando en cuenta factores biológicos, psicológicos, sociales e inclusive espirituales, la depresión puede resultar compleja de diagnosticar. Si bien existe una predisposición, agentes medioambientales también gatillan este trastorno del estado de ánimo.
Así lo cuenta el doctor Leopoldo Abad Terán, especialista en psiquiatría y ex profesor de la facultad de Medicina de la Universidad Católica de Cuenca. "La semiología psiquiátrica se vuelve importante porque nosotros no tenemos exámenes para decir que hay depresión. Todo es básicamente clínico: el diagnóstico o la psicopatología, tenemos que manejar muy bien para ver en qué trastorno encaja el paciente", detalla.
La depresión doble es aquella que tiene dos diagnósticos juntos, que podrían presentarse de manera separada. Al estar subdiagnosticada y ser compleja de identificar, esta enfermedad va más allá de un protocolo y requiere de una percepción importante por parte del psiquiatra o especialista.
- ¿Cómo es el diagnóstico diferencial en esta patología?
La definición de la depresión doble sería que hay dos depresiones. La primera es un trastorno depresivo mayor agregado a una distimia. En las clasificaciones actuales, esta hace referencia a una depresión persistente.
El trastorno depresivo se compone de episodios, una especie de puntas de intensidad que hace un episodio que baja a lo normal. Luego otra vez hace un pico hacia arriba. En cambio, la distimia es una depresión persistente, no hace esos picos, o sea, no se va tan alto, sino que se mantiene en el tiempo y es un estado depresivo persistente. La combinación de ambos hace la depresión doble.
- ¿Cuál sería el síntoma cardinal que los diferencia?
La intensidad disminuye en la distimia. No es tan marcada. La anhedonia, la apatía, toda esa tristeza persistente, se mantiene en el tiempo. Ahora bien, había unas definiciones que algunos todavía toman en esa clasificación de que debe ser por lo menos dos años continuos para que se dé la distimia.
- ¿Cuál es su prevalencia?
Hay diferentes estudios muy dispares: hablan de un 2% a un 15% a nivel mundial. Y yo diría que en esos datos está un promedio de un 3-5%, o sea que es bastante. Ahora, claro que hay algunas regiones donde las depresiones son extremadamente altas.
- ¿Cómo es el tratamiento de esta depresión?
Entra lo biológico y lo psicológico. Esto se decide de acuerdo con la presentación de la clínica del paciente y de acuerdo con sus características. En las depresiones dobles, los dopaminérgicos nos van a ayudar a levantar el estado de ánimo. Hay que ver según la respuesta del paciente, porque no todo es un protocolo fijo, ya que cada persona es un mundo diferente y, sobre todo, en nuestro entorno, muy subjetivo: solo cada uno sabe cómo está.
La psicoterapia es muy importante, tienen que ir los dos necesariamente juntos. Y en todos los estudios se ha visto que uno de los dos por separado no es tan bueno como los dos juntos. Se dice que las terapias cognitivo-conductuales son las que más se están usando, pero yo he visto a colegas psicoanalistas, humanistas, psicodinámicos que lo hacen muy bien y obviamente todo esto, lo social del grupo, las amistades, los hábitos, las creencias, etcétera.
Hay que insistir en el deporte y la alimentación de tipo antiinflamatoria, nos va a ayudar bastante.
- ¿Cuáles serían las claves para un diagnóstico o una derivación más temprana en la consulta psiquiátrica?
Como la distimia es un trastorno crónico, aquí entraría una muy buena historia clínica, lo más extensa posible y que comience desde la escuela porque desde ahí pueden presentarse los síntomas.
Consultar por antecedentes patológicos familiares que nos van a ayudar mucho. A veces hay familias enteras con trastornos del estado de ánimo. Hacer un tamizaje desde la historia clínica, la farmacológica. Si tomaron medicamentos o no, porque hay que hacer los diagnósticos diferenciales no solamente con las depresiones dobles, sino también con los trastornos bipolares.
Se vuelve bien importante el estado de ánimo persistente que no cede. Tal vez preguntar por algunas cosas llamativas como si se levantan y amanecen deprimidos, tristes y todo el día mantienen eso.
También preguntar por algún traumatismo craneal que puede afectar y el consumo de sustancias.