Dr. Jaime González Paredes:
“Estudiar la composición corporal precisa el diagnóstico en obesidad”
Enfoque permite mejorar prevención, pesquisa y seguimiento de las condiciones patológicas y factores de riesgo, junto con evitar el sesgo de peso y estigma de la enfermedad.
De acuerdo con el World Obesity Atlas 2022, publicado por la Federación Mundial de Obesidad, mil millones de personas cursan esta condición, la mayoría de ellas de países de ingresos bajos y medios. Algunos de los factores identificados que contribuyen al desarrollo de esta enfermedad son la incomprensión, falta de estrategias preventivas, fragmentación, inversión insuficiente y estigmatización [1] y [2].
En América Latina y el Caribe, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reporta más de 105 millones de personas obesas triplicando los niveles de 1975, principalmente, como consecuencia del sedentarismo y mayor ingesta de alimentos ultraprocesados [3].
Jaime González Paredes es uno de los médicos latinoamericanos dedicados al estudio y abordaje de la patología. Para el especialista del Hospital de Los Ángeles en Chile, su manejo requiere un enfoque basado en el análisis de la composición corporal (ACC).
“Es un indicador de salud y del estado físico. Corresponde a la distribución de agua, músculo y grasa que tenemos en nuestro cuerpo, algo que puede ser muy variable entre cada individuo. En la clínica, su importancia radica en que viene a completar la evaluación nutricional evitando el error que el uso exclusivo de parámetros clásicos como la antropometría y la determinación matemática del índice de masa corporal (IMC) puede provocar”.
El doctor González cuenta con una certificación del Centro Estratégico para la Educación Profesional en Obesidad (SCOPE, por sus siglas en inglés) otorgado por Federación Mundial de Obesidad.
“El ACC se lleva a cabo mediante distintas técnicas y permite una completa caracterización compartimental de la persona determinando masa grasa (MG) y masa libre de grasa (MLG). Realiza una cuantificación en vivo de los distintos componentes del organismo, para evaluar sus cambios y observar las relaciones cuantitativas entre estos a lo largo del tiempo”, explica.
- ¿Cuáles son las principales técnicas de análisis de la composición corporal?
Existe una amplia variedad de métodos para el ACC entre los que se cuentan la resonancia magnética cuantitativa para mediciones de agua corporal total, grasa y tejido magro, la tomografía computarizada, pletismografía, entre otros. Sin duda, los de mayor relevancia son la impedancia bioeléctrica (BIA) y la absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA). La importancia de estos métodos radica en la posibilidad de completar la evaluación nutricional sin centrarse exclusivamente en su peso y los cálculos relacionados con la talla para tomar las decisiones diagnósticas y terapéuticas con mayor precisión. Todo lo anterior resulta particularmente relevante en el ejercicio de la medicina de la obesidad y deporte.
- Este enfoque es relativamente reciente, pese a que el concepto de composición corporal surgió hace casi 100 años…
Efectivamente, la necesidad de encontrar metodologías diagnósticas que, junto con medir antropométricamente al paciente, pudieran ser capaces de reflejar confiablemente la fisiopatología de la obesidad y su relación con el riesgo cardiovascular hizo necesario agregar estas técnicas. Desde una óptica histórica, la evaluación de la composición corporal surge en la disección de cadáveres (considerado un método directo de análisis) por tanto, es muy antiguo.
El objetivo es permitirnos entender qué efectos tiene en el tiempo cada una de las medidas terapéuticas que implementamos en personas que consultan por exceso de peso. A saber: pauta de alimentación, ejercicio, medicamentos, cirugía bariátrica, etc. También nos da la posibilidad de comprender la importancia de la presencia de patologías y el crecimiento físico a lo largo de todo el ciclo vital de un paciente.
- ¿Cuáles son los modelos de evaluación y de qué depende su aplicación?
Los métodos de análisis de composición corporal que utilizamos actualmente se dividen en tres grupos: directo (disección de cadáveres), indirecto (entre los que se incluyen tomografía computarizada, resonancia magnética, DEXA y pletismografía) y el doblemente indirecto (que incluye BIA y antropometría).
Existen especificaciones técnicas para la aplicación de uno u otro método de ACC que deben revisarse para cada caso. Algunos métodos son más dependientes de la propia antropometría del individuo en medición, me explico: a mayor adiposidad existen métodos que pudieran perder fiabilidad, comparativamente con otros. Esa es la razón de elegir uno u otro luego de conocerlos y estudiarlos, para sortear estas dificultades. Al respecto, los avances tecnológicos de los distintos dispositivos para ACC hacen pensar que, en el corto plazo, esa dificultad podría darse por superada.
- ¿Cómo se relacionan la composición corporal con los indicadores de trastornos crónicos?
Hay una asociación estrecha y absolutamente comprobada. Aquel factor de riesgo de producir una enfermedad crónica no transmisible (ECNT), que erróneamente hemos atribuido al exceso de peso, depende de la cantidad o proporción de MG y su relación con la MLG. El peso por sí solo no tiene una relación directa en ese sentido. Es más, datos de investigaciones recientes han comprobado que la presencia de parámetros crónicos en pacientes es inversamente proporcional a la cantidad de MLG que posea. Es decir, si una persona pesa mucho, pero este exceso está constituido principalmente por masa magra, en vez de estar en mayor riesgo de presentar enfermedades crónicas en el futuro, su condición es de virtud respecto de esta probabilidad.
- ¿Por qué este enfoque orienta su ejercicio profesional?
Me quedo con dos conceptos que están interrelacionados y que cuando se logran comprender, motivan el abandono de la evaluación exclusivamente antropométrica para pasar a la composición corporal. Estos son el sesgo del peso y el estigma de la obesidad. Es un error diagnosticar y tratar por obesidad a alguien que pudiera no tenerla y también felicitar y dar de alta a un paciente que por su ACC pudiese estar más enfermo que alguien con un peso más elevado. Eso me motivó y lo sigue haciendo. Agregar la composición corporal a la clínica y antropometría de rutina, permite hacer desaparecer este sesgo evitando la estigmatización gratuita del paciente que nos consulta.
- ¿Cuáles son los beneficios que ha apreciado en sus pacientes?
Hacer un diagnóstico objetivo permite calcular el riesgo y tratar en base a esos hallazgos. Es importante que el solo hecho de agregar esta forma de evaluación mejora el seguimiento en el tiempo haciéndolo más costo efectivo. Dado que la pregunta tiene un enfoque personal a mi experiencia, puedo señalar que he podido pesquisar a personas con peso normal que, por su porcentaje de grasa corporal, son en realidad portadoras de obesidad. Así también, he detectado individuos que tienen un peso elevado (antropométricamente obesas) que en realidad no portan esta condición. Todo lo anterior siento que ha permitido mejorar la eficacia y oportunidad de tratamiento y seguimiento de los pacientes.
Referencias
[1] World Obesity Atlas 2022. https://www.worldobesityday.org/assets/downloads/World_Obesity_Atlas_2022_WEB.pdf
[2] Bray GA, Kim KK, Wilding JPH; World Obesity Federation. Obesity: a chronic relapsing progressive disease process. A position statement of the World Obesity Federation. Obes Rev. 2017 Jul;18(7):715-723.
[3] Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe. https://www.fao.org/fileadmin/user_upload/rlc/docs/panorama2019/Panorama2019.pdf
Por Óscar Ferrari Gutiérrez