Dr. José Ignacio Hanna Jairala:
“La disbiosis intestinal está relacionada con la salud general”
La microbiota es capaz de modular la inmunidad, metabolismo, digestión y absorción de nutrientes. Su estudio abre un nuevo campo de investigación sobre la fisiopatogenia y tratamiento de distintas patologías.
La microbiota intestinal es el conjunto de bacterias que vive en el intestino humano, específicamente, en el colon y tiene un rol muy importante en la salud. Producen vitaminas, estimulan la maduración intestinal, regulan el almacenamiento de grasa y el desarrollo de procesos inflamatorios en el organismo, además ayudan a extraer la energía de ciertos alimentos y contribuyen a la estimulación del sistema inmune, protegiendo frente a microorganismos perjudiciales para la salud.
De acuerdo con estudios internacionales, su composición varía dependiendo de factores como el modo de alimentación, zona geográfica y antecedentes genéticos de las personas, así como el consumo de antibióticos. Las costumbres, condiciones de vida y accesos a los víveres afecta la diversidad bacteriana.
“Este es uno de los temas que más me gusta abordar en mis conferencias, porque es una gran fuente de información sobre nuestra salud”, destaca el doctor José Ignacio Hanna Jairala, gastroenterólogo del Hospital Alcívar de Guayaquil y profesor de la especialidad en la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG).
El doctor Hanna conversó con SAVALnet sobre los principales desafíos del estudio de una entidad que aporta mucha información sobre el ecosistema intestinal y la prevención de distintas patologías.
- ¿De qué manera la comprensión de la microbiota intestinal ha revolucionado el estudio de la medicina?
El mejor conocimiento de ella abre un nuevo campo de investigación con respecto a la fisiopatogenia y tratamiento de muchas enfermedades, tanto digestivas como extra digestivas. Recordemos que tenemos más microorganismos en el aparato digestivo que células humanas en nuestra anatomía, a tal punto que la microbiota ha llegado a considerarse un órgano independiente, capaz de cumplir funciones de vital importancia.
- ¿Cuáles han sido los grandes aportes al respecto?
Más allá del estudio de distintos mecanismos por los que la alteración de la microbiota influye sobre el desarrollo de determinadas enfermedades, uno de ellos ha sido el desarrollo de estrategias de tratamiento dirigidas a modular su composición, fundamentalmente antibióticos como la rifaximina, probióticos, prebióticos, simbióticos e, inclusive, el trasplante de microbiota fecal.
- Un desequilibrio puede causar inflamación crónica que se asocia a la manifestación de varias enfermedades digestivas. ¿Cuáles son las principales?
El espectro es amplio. Partimos con patologías que se relacionan con malos funcionamientos como el síndrome de intestino irritable, diarrea o estreñimiento funcional, que son trastornos de interacción intestino-cerebro; y llegamos hasta la predisposición para padecer otras que son orgánicas como la enfermedad inflamatoria intestinal, celiaquía o cáncer de colon. Sin embargo, muchos de los mecanismos planteados como hipótesis fisiopatológicas requieren de mayor investigación para ser definidos de manera más categórica.
- ¿Qué tanto influye el estrés y uso de medicamentos crónicos sobre la manifestación de ellas?
Ambos factores están estrechamente vinculados. Con respecto al estrés, existe lo que se conoce como eje cerebro intestino, que es un sistema bidireccional a través del cual se plantea que la salud digestiva repercute sobre la intestinal y viceversa. Este mecanismo está directamente mediado por la composición de la microbiota, ya que es un factor vinculado con la mayor o menor permeabilidad de la barrera intestinal. En relación con el uso de fármacos, por ejemplo, los antibióticos son los que más generan disbiosis
- ¿La alteración de la composición de la microbiota puede afectar al bienestar emocional?
Totalmente. Es claro que debido a la exagerada permeabilidad de la barrera intestinal, resultado de la disbiosis, se produce un fenómeno conocido como neuroinflamación, que se relaciona con la aparición de enfermedades neuropsiquiátricas como estrés, depresión, autismo, esquizofrenia, alzhéimer o párkinson.
- ¿Cómo se puede cuidar la salud del intestino para evitar la disbiosis?
Más allá del uso de alternativas de tratamiento médico, llevando una dieta balanceada y evitando el uso innecesario de antibióticos (incluidos algunos tratamientos antiparasitarios) colaboramos bastante con nuestra eubiosis intestinal.
- ¿Qué relación existe entre estreñimiento y microbiota intestinal?
Parece ser un factor asociado. Existen varios estudios que muestran diferencias en la composición de la microbiota de los pacientes con estreñimiento crónico cuando son comparados con controles. Otro aspecto relacionado son los productos metabólicos: la microbiota intestinal de los pacientes con estreñimiento parece ser más metanogénica. Además, los pacientes con estreñimiento, muchas veces, mejoran su frecuencia y consistencia evacuatoria después de hacer tratamientos de modulación con rifaximina, probióticos o prebióticos.
- ¿Cuáles son las alternativas de tratamiento para el estreñimiento crónico?
Depende mucho del subtipo. En pacientes con trastornos de evacuación, lo ideal es la terapia de retroalimentación. En los que tienen tránsito normal y lento, el tratamiento incluye cambios en la dieta, actividad física, fibra medicamentosa como el psyllium, estrategias de modulación de la microbiota, tratamiento médico con laxantes osmóticos, estimulantes y de volumen y nuevos fármacos como la prucaloprida o los secretagogos que resultan ser muy útiles en casos con síntomas más severos.
- La composición de la microbiota intestinal está influenciada por factores ambientales y del propio huésped. ¿Como se vincula esto con el síndrome de intestino irritable?
El SII es, quizás, el modelo experimental más estudiado en relación con la influencia de la composición de la microbiota sobre la aparición de determinados síntomas. Como hemos dicho antes, la disbiosis genera un estado de inflamación conocido como inflamación de bajo grado, el cual se asocia con la liberación de determinados neurotransmisores que están implicados en fenómenos de hipersensibilidad, interacción cerebro-intestino y alteraciones de motilidad, que son responsables de gran parte de los síntomas del intestino irritable.
- Por último, ¿qué hábitos pueden ayudar a mejorar la microbiota?
Es claro que hay que evitar la automedicación y el uso innecesario de antibióticos. Sin embargo, con el resto de las intervenciones es difícil ser categórico y parece ser más bien un traje a medida. Hay personas que se benefician disminuyendo productos fermentables en la dieta, mientras que otras mejoran fomentando la fermentación. El uso de probióticos puede ser una buena medida, pero su indicación en ausencia de síntomas resulta aún bastante controversial.
Por Carolina Faraldo Portus