Dr. Javier Corvalán Rinsche:
“La facoemulsificación revolucionó la cirugía de cataratas”
Es normal considerar la mala visión como parte inevitable del envejecimiento. Sin embargo, esta intervención es un proceso simple capaz de devolverla.
Las cataratas, que aumentan su prevalencia con la edad, son la causa más importante de ceguera en el mundo. Se trata de una afección que opaca el cristalino debido a la descomposición de sus proteínas, lo que provoca disminución de la visión en forma lenta y progresiva en la población sobre los 60 años.
El doctor Javier Corvalán Rinsche, presidente del directorio del Instituto Oftalmológico Profesor Arentsen en Chile, explica que, en la actualidad, el único tratamiento para esta enfermedad es quirúrgico.
“No existe fármaco, terapia de tipo dietético o ayudas ópticas que permitan una rehabilitación total. Dentro de las cataratas existen las de tipo nuclear, que pueden provocar una miopización, por tanto, los pacientes con anteojos logran mejorar su visión. Sin embargo, nunca llegan al 100%”.
- ¿Qué factores propician su manifestación?
Si bien la edad es el factor principal existen otras causas: congénitas, traumáticas, asociadas al uso de corticoides y metabólicas. Estas últimas han ido en aumento producto de patologías como la diabetes.
- ¿Cuál es la realidad quirúrgica en Latinoamérica?
Todos los países tienen como índice la frecuencia de cirugía. El principal problema es el acceso. En lugares rurales no se cuenta con tecnología para desarrollarla y un punto importante es que los pacientes no se trasladan a los centros especializados, ya sea por problemas de educación o movilización. La situación de Latinoamérica es privilegiada. Se han desarrollado trabajos entre el Estado y los privados que han permitido, a través de licitaciones, resolver este tema.
- Si se presenta en un ojo, ¿qué probabilidad existe que ocurra en el otro?
Depende del origen. Si es una catarata traumática, la probabilidad es muy baja. La más frecuente es la de tipo senil. Si bien su aparición puede ser asimétrica, en el tiempo tienden a la bilateralidad. El ojo es más que el cristalino, es decir, muchos pacientes tienen limitaciones visuales que no son por catarata, sino por maculopatía, retinopatía diabética o edema macular. Existen otros factores que pueden limitar la visión y, por tanto, la operación en ellos presentará limitaciones derivadas de otras patologías oculares.
- ¿Existen situaciones en las que no se pueda optar a cirugía?
Cuando los pacientes se encuentran en una condición médica que la impida, indudablemente. Si padece una afectación secundaria intraocular, ya sea un cuadro inflamatorio asociado a la catarata, tenemos que esperar a que se encuentre controlado. Pero en general el 100% de las personas pueden recurrir a esta, en algunas ocasiones con la necesidad de ser intervenidos con anestesia general.
- ¿Cómo ha avanzado la cirugía en las últimas décadas?
Ha tenido una evolución explosiva, desde la aparición de la facoemulsificación. Lleva realizándose a nivel global desde la época previa al cristianismo, es decir 1.000 años a.C.
El proceso consistía en luxar el cristalino y llevarlo a la cavidad vítrea (técnica llamada reclinación). Posteriormente, se implementó sacarlo dejando al paciente sin lente intraocular natural en condición de afaquia. A fines de la Segunda Guerra Mundial, el doctor Harold Ridley desarrolló los lentes intraoculares, en un comienzo de muy mala calidad y con baja predictibilidad, puesto que no había método para calcular lo que requería cada paciente.
Actualmente, las técnicas de diagnóstico y cálculo han mejorado de forma impresionante, de manera que podemos ofrecer dejar al paciente en 95% de emetropía y solo un margen de 5% que queden amétropes.
Quienes se operaban con lentes intraoculares normalmente quedaban con presbicia utilizando gafas de lectura. Ahora se elige al candidato sin necesidad de anteojos. No todos pueden optar a esta opción, existen contraindicaciones locales para su uso y otros problemas de compromiso retinal.
- ¿Qué medidas se pueden adoptar para prevenirla?
Existen algunas etnias que tienen una frecuencia mucho mayor de presentar esta enfermedad. De hecho, la población hindú tiene una prevalencia más alta que en otras partes del mundo. Por otro lado, hay algunos estudios que demuestran que el hábito tabáquico o la exposición a la luz ultravioleta sin protección puede provocar un aumento en la incidencia. Sin embargo, no fumar y estar siempre protegido del sol no puede evitar en un 100% la posibilidad de desarrollarla.
Por Camila Gutiérrez P.