Dr. Luis Villarroel Rivera:
“La hemodinamia permite el manejo de patologías con menos riesgo”
De carácter mínimamente invasiva, permite abordar las enfermedades coronarias desde el sistema de flujo sanguíneo. Si bien tiene complicaciones debido al método de acceso, sus ventajas son superiores.
Fundamental para el diagnóstico y tratamiento coronario, la hemodinamia contempla los procedimientos y estudios que se pueden hacer con relación al torrente sanguíneo. Caracterizada por una técnica mínimamente invasiva, conlleva un menor riesgo y una mejor recuperación para el paciente que una cirugía convencional.
Así lo cuenta el doctor Luis Villarroel Rivera, cirujano vascular y coordinador jefe de la Unidad de Hemodinamia de Intervascular FUSAT, que lo destaca como la única institución que cuenta con las cinco especialidades hemodinámicas en la Región de O’Higgins, participando activamente en la resolutividad de patologías graves y de urgencia.
"A nivel internacional, el síndrome coronario agudo o infarto tiene un manejo gold estándar a través de esta técnica. De lo que vemos nosotros, 85% de las patologías en el pabellón van asociadas a este o a cardiología intervencional", detalla.
- ¿Qué papel juega la hemodinamia en el diagnóstico y tratamiento de patologías vasculares?
El paciente ingresa a pabellón para hacerse un estudio y en el mismo momento recibe tratamiento. El análisis hemodinámico se hace bajo visión directa, donde se navega a través de las arterias y se analizan las lesiones arteriales en largo, diámetro, forma y conformación anatómica.
Otras patologías requieren planificación, como puede ser un aneurisma. En el caso de los cerebrales, se necesita un estudio especial, una reconstrucción en tres dimensiones y recursos específicos. El diagnóstico es parte importante de esta intervención.
- ¿Cuáles son las diferentes técnicas que se aplican?
Va a depender de la especialidad. Por ejemplo, esta última se encarga del manejo de patologías coronarias como infartos, trombectomías, puentes, ecografías endocoronarias y el síndrome coronario agudo o no agudo.
Otra área es la de cirugía endovascular. Implica el tratamiento de aneurismas, dilataciones arteriales, malformaciones arteriovenosas y destapar arterias obstruidas con calcio, tabaco, entre otros.
También la electrofisiología va asociada a los trastornos del ritmo, que a veces deben ser manejados por vía endovascular. Mientras que la radiología intervencionista va asociada al cerebro.
- ¿Cómo se prepara al paciente para un procedimiento hemodinámico?
Hay que marcarlo y usar medios de contraste que permitan visualizar los trayectos arteriales por dentro, en la medida que la sangre se desplaza. Ese contraste tiene que ser eliminado por alguna parte y constituye un riesgo de daño renal. Entonces, el paciente que es apto para esta terapia debe tener la función de su riñón controlada o en buenas condiciones. Sin embargo, hay afecciones que requieren de un estudio endovascular, por lo que hay que estar bajo consentimiento informado en caso de algún deterioro de este órgano.
Por otro lado, necesitamos tener un paciente con ciertas condiciones anatómicas: arterias disponibles para poder ingresar, vasos con capacidad de acceso y punción, y un buen estado de conciencia. Al ser un procedimiento con anestesia local, la persona debe mantenerse quieta y relativamente estable. En caso contrario, se prefiere la cirugía convencional.
- ¿Como ha evolucionado la hemodinamia en los últimos años?
Muy favorablemente, si consideramos que lo coronario y la cirugía endovascular partió entre 20 y 25 años atrás con el desarrollo de balones de dilatación. Lo que cambió el pronóstico y manejo endovascular fue el stent, que es una malla cubierta que permite abrir vasos y permeabilizarlos por un largo periodo de tiempo.
Se han incorporado nuevas técnicas como el shockwave, que rompe placas, se introduce a través de las lesiones, las permeabiliza y repermeabiliza para poder llevar el torrente sanguíneo hacia el trayecto habitual de la arteria. Esto permite evitar un bypass o puente y mantener la anatomía normal.
Existen balones que tienen cuchillas en su orilla, que quiebran los depósitos lipídicos para poder dilatarlos. Además de tecnología endovascular donde hay una ultrasonografía. Un ecógrafo pasa por un catéter milimétrico, ingresa a través de la arteria y logra ver la conformación de placas y sus formas para saber qué tipo de balón o stent se recomienda, o no. Tenemos un escáner endovascular que permite conformarlas anatómicamente y tipos de balones con diferentes drogas, que ayudan a disminuir el crecimiento de estos depósitos. La industria ha desarrollado dispositivos que mejoran los resultados de la hemodinamia.
Por Dominique Vieillescazes Morán
