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Uno de los principales aportes de la inteligencia artificial (IA) es su capacidad de analizar grandes cantidades de información en menos tiempo. Los médicos pueden utilizar herramientas basadas en esta tecnología para buscar estudios relevantes de manera rápida y precisa, lo que les permite mantenerse al día respecto a los avances científicos en sus respectivos campos.

Para el doctor José Luis Soto Noriega, cirujano de mama del Instituto Nacional del Cáncer y Clínica Las Condes (Santiago de Chile), con formación de postgrado en la Liga Francesa Contra El Cáncer sede Val D’Aurelle, Montpellier, Francia. "La IA puede identificar patrones y tendencias en la literatura médica. Esto permite tomar decisiones más informadas y personalizar tratamientos como aquellos que son más efectivas para ciertas condiciones en función de la evidencia científica disponible".

Recientemente, se ha dedicado a profundizar en las ventajas de la IA en medicina, específicamente en el área de revisiones bibliográficas. Además, ha tenido la oportunidad de realizar presentaciones sobre el tema con el propósito de difundir este conocimiento y acercarlo a sus colegas.

- ¿Cómo se puede utilizar la IA en las áreas que ha investigado?

Un aspecto muy importante en esta forma de trabajo son los modelos de lenguaje, que son herramientas entrenadas para que aprendan basadas en las preguntas que les generamos y puedan contestar de forma coherente a nuestras inquietudes. Un ejemplo es Chat GPT.  

Para que eso ocurra y la información sea de utilidad, la correcta utilización de los prompts (instrucción o texto inicial proporcionado a una herramienta generativa de IA para dirigir la elaboración de respuestas o resultados específicos) es esencial. Se debe ser muy claro en el sentido de explicar para qué se quiere la información y el contexto. 

No aconsejo pedirle que tome decisiones médicas ya que, lo más probable, es que responda que es necesario visitar a un especialista. En ese sentido, se recomienda indicar que quien está formulando la pregunta es un médico o profesional de la salud, eso hará que las respuestas sean más específicas.

Así como existen buscadores de información como Google, en cuanto a las revisiones bibliográficas, lo que histórica y principalmente se utiliza es Pubmed, uno de los buscadores en salud que nos permite acceder a muy buenos papers, pero no siempre tenemos la certeza de que sean los más indicados. Han aparecido nuevas herramientas como Perplexity, que además de hacer la búsqueda, resumen la información actuando como una especie de Wikipedia. Algo parecido con Consensus y Gemini.

También se puede utilizar ChatGPT para realizar una revisión, pero, en ese caso, es recomendable pedirle que integre los términos MeSH (vocabulario terminológico controlado para publicaciones de artículos y libros de ciencia, creado por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Sin embargo, eso implica hacer todo el trabajo posterior de seleccionar, analizar y resumir. Por lo tanto, es de utilidad conocer que existen otras herramientas más especializadas y que nos sirven para ahorrarnos cada una de esas tareas.

- ¿Cuáles recomienda?

Chat GPT para definir y redactar el objetivo principal a investigar en forma muy rápida (se pueden incluir objetivos secundarios en la redacción para guiar la investigación). Ese texto redactado se copia en herramientas como Elicit, para pesquisar el artículo semilla (que es o son las publicaciones mas representativas del texto redactado). Lo siguiente es mapear dicho articulo en aplicaciones como LitMaps o ResearchRabbit, para crear mapas de literatura y conocer conexiones entre los disitntos artículos publicados, indicando cuales son los más referenciados y citados. Por lo tanto, son artículos que debo incluir en la revisión. Una vez que se seleccionan todos los papers, recomiendo ordernarlos en una carpeta o en Zotero (aplicación para guardar y redactar bibliografía) posteriormente analizarlos  con ChatPDF, ChatGPT, AskPDF o con herramientas como DocAnalyzer.ai, para una carpeta completa con varios documentos de una sola vez. 

- Para sus presentaciones creó la mnemotecnia DOMO. ¿A qué se refiere?

Básicamente son los pasos a seguir para hacer una revisión. Lo primero, es definir el objetivo principal y los específicos. Luego, obtener el artículo semilla, mapear referencias y, por último, organizar las publicaciones encontradas y analizarlas.

Respecto al artículo semilla, lo integro porque, independiente de que sea el mejor o no, puedo acudir a alguna aplicación que me brinde las referencias que le dieron forma además de saber, por ejemplo, qué papers nacieron de él, cuántas veces ha sido citado y referenciado. Entonces, de cierto modo, permite hacer un mapa entrelazado entre todas las publicaciones y contar con mayor evidencia sobre qué leer y no perder tiempo.

Leemos un montón de cosas que luego nos damos cuenta de que no valía la pena y eso lo podemos evitar con la IA.  

- ¿Se ha encontrado con limitaciones respecto a la forma tradicional de búsquedas? 

Todos hemos sido escépticos respecto a la IA en algún momento, pero es algo que no tiene vuelta atrás, ya no volveremos al papel.  

Hace un tiempo, cuando utilizaba Chat GPT u otras herramientas, me encontré muchas veces con resultados poco certeros, pero con el tiempo han surgido programas más profesionales, universitarios o de instituciones médicas incluso, que han perfeccionado este tema. 

Aún falta desarrollo, pero los médicos podemos contribuir confiando más en la inteligencia artificial y utilizándola en nuestro trabajo. Es importante creer en su potencial y comenzar a usar las herramientas que ofrece, permitiendo que estas aprendan de nuestra experiencia.

- ¿Qué consejos entregaría a sus colegas que aún no la utilizan?  

Es un área en la que tanto médicos en formación como aquellos con más experiencia deben conocer. Lo principal es asumir que esto no tiene vuelta atrás. Una vez escuché un comentario que decía que la inteligencia artificial no le quitará el trabajo a nadie, pero la persona que sepa sobre ella, sí puede que ocupe el puesto del que no. En algún momento siento que va a ser una obligación conocerla y utilizarla, independiente del rubro o especialidad en que uno se desarrolle.

Por María Ignacia Meyerholz