Dra. Florentina Auger Ovalle:
“La medicina china es un excelente complemento para la terapéutica occidental”
La pediatra decidió recorrer un largo camino en el estudio de esta práctica médica, la cual le ha permitido conectarse con sus pacientes no solo a partir de la dolencia física y las emociones.
La medicina china tiene más de tres mil años de historia. Se han encontrado en caparazones de tortugas grabados con los nombres, síntomas y tratamientos de algunas enfermedades que se presentan en la actualidad. En el año 1.000 a.C. ya existía en China un cuerpo de médicos que seguía pautas para el abordaje de diversas patologías.
Con el tiempo, se desarrollaron dos de sus facetas más relevantes: el diagnóstico por medio del pulso y la acupuntura. Posteriormente, se sistematizó como una ciencia médica avanzada y completa, valiéndose de diferentes líneas terapéuticas como acupuntura, moxibustión, masaje y fitoterapia
La pediatra chilena Florentina Auger Ovalle reseñó las propiedades y la filosofía de esta práctica y compartió su experiencia como estudiante de la Escuela Latinoamericana de Medicina China.
- Doctora, ¿dónde nace la medicina china?
La medicina china proviene de una cultura milenaria, la cual considera que un buen estado de salud depende de un equilibrio entre lo físico, emocional y mental de la persona. Se sustenta en el concepto de energía vital o “Chi”, que recorre nuestro cuerpo y cuya circulación debe ser la adecuada, ya que un desequilibrio o bloqueo en el flujo de esta podría gatillar una enfermedad.
- ¿Cuáles son sus áreas de acción?
Algunas de ellas son la acupuntura, práctica que introduce finas agujas en determinados puntos que pertenecen a meridianos o canales de energía que se conectan con distintos sistemas y permiten restablecer el flujo normal; moxibustión que es la aplicación de calor en zonas coincidentes con puntos de canales energéticos con hojas trituradas de la planta Artemisa; tuina, masaje terapéutico que trabaja a nivel de canales de energía; fitoterapia donde se utilizan plantas en preparados; y Qi gong, Tai Chi, práctica que mejora el flujo de energía a través del trabajo de mente, respiración y ejercicio físico: es una meditación en movimiento. Todas ellas buscan el equilibrio de energía vital y la curación. Sin embargo, el éxito de un buen tratamiento se basa en el diagnóstico correcto del síndrome que afecta a cada paciente, pues es importante hacer énfasis en que todos somos diferentes, esa es la base fundamental de la medicina china.
- ¿Cómo se introdujo en este mundo?
Siempre me ha interesado conocer distintas ramas de la medicina complementaria. He realizado cursos de homeopatía, un diplomado de medicina bioreguladora y otro de terapia neural. Posterior a ello, nació mi inquietud por estudiar medicina china e ingresé a la Escuela Latinoamericana de Medicina Tradicional China.
- ¿Qué es lo que más le atrae de esta práctica?
Considero que tiene un enfoque maravilloso, pues uno puede darse cuenta de lo importante que es la historia personal de cada paciente; porque cada ser es distinto a otro. Permite comprender cómo influye la mente y el cuerpo en forma conjunta.
- Existen muchos profesionales que no creen en ella...
Creo que sólo es falta de conocimiento. En la actualidad, muchos países desarrollados tienen servicios de medicina china tradicional adosados a hospitales y acá en Chile también se están implementando. Esta técnica milenaria ha demostrado tener una base que avala sus resultados terapéuticos a través de estudios publicados. Hace poco tuve la oportunidad de realizar un viaje a China donde pude constatar que su desarrollo es impresionante. Lo que más llamó mi atención fue que cumple la función preventiva, porque el enfoque está puesto en tratar a la persona de manera integral: cuerpo y mente. Uno es capaz de crear sus enfermedades al no manejar bien las emociones. En el mundo en que vivimos los factores emocionales, como el estrés y las alteraciones alimentarias, provocan muchas afecciones y la medicina occidental hace un buen tiempo que perdió ese punto de vista. Pero, creo que eso de a poco se está recuperando.
- Cómo pediatra, ¿ha utilizado estos conocimientos en su consulta?
En niños pequeños se puede utilizar la tuina, que estimula ciertos órganos y, por ende, ayuda a mejorar la salud. En niños mayores ya podemos usar acupuntura. Sin embargo, es difícil incluir estas prácticas en la consulta, sobre todo por un tema de tiempo, pero siempre existe el espacio para enseñar o comentarle a los padres sobre estas alternativas. De todas formas mis conocimientos no se limitan sólo a niños, también atiendo a adultos. Sin duda que tener estos conocimientos, en lo personal, ha sido un excelente complemento para mi trabajo.
- Finalmente, ¿qué gratificaciones le ha traído?
Muchos, tanto a nivel profesional como personal. Es muy gratificante cuando un paciente se siente aliviado, pues son increíbles los beneficios que se pueden lograr en torno al manejo del dolor y en el área de la infertilidad. Esto ha sido un gran apoyo para la medicina occidental. He podido constatar resultados en mis prácticas con mi profesora Guacolda Araneda, matrona especialista en esta materia.
Por María Ignacia Meyerholz L
