"La pandemia nos sorprendió en una era de avances tecnológicos sin precedentes"
Lo que ocurrió con la COVID-19 modificó la historia respecto al apoyo que hubo para la investigación científica
Desde la Peste Negra, hasta la COVID-19, las pandemias han sido un fenómeno recurrente a lo largo de la historia. Estas enfermedades han causado la muerte de millones de personas y afectado la vida de los sobrevivientes.
Estos sucesos han cambiado la forma en que vivimos obligándonos a adoptar medidas de prevención y control para evitar la propagación de enfermedades y, entre ellas, las vacunas han resultado ser una de las armas más efectivas en la lucha contra las pandemias.
Para el doctor Jaime Rodríguez Troncoso, pediatra e infectólogo de Clínica Alemana, en Santiago de Chile, y presidente del Comité Asesor en Vacunas e Inmunización (CAVEI), el desarrollo científico e inversión en recursos plantea un nuevo escenario de acción.
El pediatra es un lector aficionado y en 2021, junto al médico salubrista Carlos Ureta, publicó el libro "Grandes pandemias de la historia", idea que nace, según el especialista, por la falta de libros de divulgación científica en español.
- En el texto explica que los tres factores que se deben combinar para que se produzca una pandemia son: tener una persona susceptible a enfermarse, un agente infeccioso y altas tasas de movilidad.
Por situaciones como el cambio climático y desplazamientos humanos, el hombre está llegando a lugares donde antes no residía. Esto ha provocado que existan cambios y en ciertas ciudades del mundo puedas ver animales silvestres en las calles. Hemos invadido sus espacios, lo que conlleva a que aparezcan enfermedades que no conocíamos o que estaban muy escondidas del conocimiento general.
Se estima que tenemos alrededor de un 2% anual de riesgo pandemia. Afortunadamente la ciencia ha ayudado al control de estas enfermedades. Es cosa de tiempo que este escenario se repita.
Antes teníamos una pandemia cada 30 años, pero, en este siglo, ya llevamos dos: la de gripe porcina -que la gente ni se acuerda y que afortunadamente no pasó a mayores- y la del SARS-CoV-2, que aún perdura.
Hay estudios que muestran el proceso de las vacunas a principios del siglo 20 donde, desde que identificaban al patógeno, hasta que se hacía el primer ensayo clínico, pasaban entre 10 y 20 años. La población, quedó con la sensación de que esos son los tiempos que se deben cumplir y la verdad es que ya no es así.
- Considerando que hay detractores, ¿cómo se refuerza la importancia de la inoculación?
Esto significa una de las 10 principales amenazas a la salud pública a nivel mundial. Muchos de estos casos (antivacunas) son por reticencias o dudas sumado a que se informan con datos que circulan en las redes sociales, que pueden ser extremadamente maliciosos. Diría que el 90% de este grupo es porque no tiene la información adecuada.
En ese aspecto, no aterrizar el lenguaje, ha hecho de esto un desafío: explicarle de forma simple a la gente de qué se trata.
- Ante una próxima pandemia, ¿podríamos esperar este tipo de agilidad en la creación de nuevas vacunas?
Lo que ocurrió con la COVID-19 modificó la historia. Nunca había pasado que se alcanzara un avance tecnológico tan grande en tan poco tiempo. Y lo que cambió, en parte, fueron los recursos y la filosofía que hubo detrás de apoyar la investigación científica. Creo será algo que veremos más a menudo.
Por María Ignacia Meyerholz