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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha catalogado a la hipertensión arterial (HTA) como la principal causa de muerte prematura y discapacidad a nivel global, provocando alrededor de 9,4 millones de fallecimientos anualmente.

En el Ecuador, la última Encuesta Nacional de Nutrición (Ensanut) evidenció que el 9,3% dela población entre 18 a 59 años padece HTA: 7,5% en mujeres y 11,2% en hombres; y que, en el caso de los adultos sobre 60 años, la prevalencia alcanza el 44,4%, según la encuesta de Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE III).

La atención primaria de salud es el eslabón básico para el tratamiento de la HTA, por lo que mantener actualizada la preparación clínica y farmacológica de los médicos reviste una marcada importancia. Con ese objetivo, la Sociedad Ecuatoriana de Cardiología (SEN) Núcleo Pichincha desarrolló en Quito una Jornada sobre las últimas guías de hipertensión arterial. 

“Hace dos años nos propusimos realizar estos encuentros periódicos dirigidos a los médicos que tienen el primer contacto con los pacientes de patología cardiaca”, destacó el doctor Hugo Aucancela Vallejo, presidente de la SEN Núcleo Pichincha.

“Las nuevas guías del American College of Cardiology (ACC) y la American Heart Association (AHA) traen muchas novedades en relación al séptimo Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure (JNC7), las mismas que indican que el nuevo límite normal máximo es de 130/80 mmHg. Esto causó una polémica mundial, ya que se incrementó el porcentaje de HTA en un 14% en relación a los límites fijados por el JNC. Con esto se abre un debate: son los 130/80 mmHg los nuevos 140/90”.

Con estos renovados estándares que dieron para detección, evaluación y manejo “desaparece el término de “prehipertensión” arterial y valores por encima de 140/90 mmHg son considerados anormales y requieren de terapia medicamentosa. Además, las nuevas guías destacan la utilidad de monitoreo ambulatorio o en el hogar de la presión. Esto permite detectar casos de HTA enmascarada y de bata blanca que son importantes factores de riesgo”.

Con respecto a los mayores cambios, el especialista señala que “son significativos en comparación al JNC7 y JNC8 y a las guías de 2013 de las Sociedades Europeas de Hipertensión y de Cardiología. El JNC7 popularizó el concepto de Pre-HTA, del tratamiento no farmacológico de estos grupos y de tratamiento con fármacos combinados en los niveles encima de 140/90 mmHg. El JNC 8 elevó el punto de corte y meta en los pacientes ancianos a 150 mmHg la presión sistólica. La guía ESH/ESC2013 mantuvo la clasificación de HTA a partir de 140/90mmHg, siendo 185/85 mmHg "normal alta". Ambas guías destacan la importancia del MAPA y MHPA”.

Sobre el abordaje de esta patología, el doctor Aucancela explicó que “en Europa cobra mayor protagonismo la dieta mediterránea en las recomendaciones de estilo de vida, mientras que el ACC/AHA cifra objetivos terapéuticos por debajo de 130/80 mmHg en casi todos los pacientes, incluidos los ancianos”. 

Sin embargo, los más importante es inculcar la prevención en el paciente a través de los profesionales de la salud. “La atención primaria debe ser capaz de ofrecer servicios según las necesidades prioritarias de la población y dar respuesta a la mayor parte de los problemas. Para ello, se hace indispensable considerar los factores que determinan el proceso salud-enfermedad y, por consiguiente, coordinar sus acciones con instituciones estatales, que deben ser las llamadas a impartir políticas sanitarias de acuerdo a sus capacidades”.