La crisis provocada por la COVID-19 generó alteraciones en la prestación de servicios de salud. Particularmente, para los pacientes con enfermedades crónicas y cáncer, la detección oportuna y el acceso a tratamientos han sido los temas más preocupantes.

Los datos de una investigación publicada en The British Medical Journal señalan que el riesgo de muerte aumenta entre 6% y 13% por cada mes de atraso en cirugía oncológica, radioterapia o terapia sistémica para siete tipos de cáncer: vejiga, mama, colon, recto, cervical y cáncer de cabeza y cuello que, en conjunto, representan al 44% de casos que se registran de la enfermedad a nivel global.

Si bien el estudio se concentró en Canadá, los investigadores señalan que esta realidad es una situación que se replica en todo el mundo. “Muchos países han experimentado el aplazamiento en cirugías oncológicas y radioterapia electiva. También ha sido notoria la reducción en el uso de tratamientos sistémicos, debido a que se han reasignado los recursos para enfrentar la pandemia”.

Los datos estadísticos, que no son universales, muestran una tendencia manifestada en otros estudios clínicos similares. Por ejemplo, para la cirugía oncológica se registra un incremento del 6-8% en el riesgo de muerte por cada cuatro semanas de retraso en el tratamiento; cifra que asciende a 13% para la radioterapia definitiva en cáncer de cabeza y cuello y el tratamiento sistémico adyuvante para cáncer colorrectal.

Estos resultados reflejan el impacto que estas postergaciones tienen en poblaciones grandes y previsiblemente heterogéneas con diversos riesgos de recurrencia. Por lo que los autores sugieren que esta información sea utilizada para elaborar políticas y planificación de modelos, a cambio de diseños predictivos de riesgos individuales, en caso de que así lo contemplen los sistemas de salud. 

Referencia
Hanna TP, King WD, Thibodeau S, et al. Mortality due to cancer treatment delay: systematic review and meta-analysis. BMJ. 2020;371:m4087.