Investigación biomédica y avances en coronavirus
En la búsqueda de una vacuna contra SARS-CoV-2 la comunidad científica mundial ha avanzado en soluciones para el tratamiento y prevención de la COVID-19.
La investigación biomédica estudia la salud humana, aplicando método científico y generando conocimiento para avanzar en la creación de nuevos mecanismos de prevención, tratamientos, fármacos y vacunas, con el fin de mejorar el bienestar de la población.
En esa línea, durante esta pandemia, se ha enfocado en varias líneas de investigación. Desde un principio poniendo a disposición la secuencia genómica del virus, estructuras de proteínas y diseños de ingeniería para mascarillas o ventiladores.
Actualmente, se cuenta con más de 100 vacunas candidatas, de ellas cinco en la primera etapa de pruebas clínicas, y se está estudiando la eficacia de fármacos ya existentes, usados anteriormente para distintos virus, y también de otros completamente nuevos.
Pese a estos avances, las doctoras en ciencias biológicas Paola Haeger Soto, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Norte (UCN) en Chile, y Loreto Carvallo Montes, científica de la Escuela de Medicina del Hospital Mount Sinai de Nueva York reconocen que “aún no tenemos a disposición un tratamiento que asegure efectividad total contra la COVID-19”.
Uno de los tratamientos no farmacológicos que se está probando para este nuevo coronavirus y que tuvo muy buenos resultados en numerosos países para el tratamiento de influenza, poliomielitis, SARS, ébola y fiebre hemorrágica argentina es la terapia con plasma de pacientes convalecientes.
“Esta terapia es prometedora, pero requiere un alto número de donantes, los que deben ser compatibles con el receptor. Es de alto costo y requiere un grado mayor de seguridad, ya que se necesita analizar exhaustivamente la sangre de los voluntarios antes de ser transfundida a un paciente. Actualmente, se ha utilizado en algunos pacientes en China, Nueva York, Houston y se está estudiando su uso en Argentina y Chile”.
Con respecto a las estrategias farmacológicas, las académicas destacan que “se está empleando una amplia variedad, algunas basadas en la reutilización de información de medicamentos existentes y otras como producto de investigaciones completamente nuevas”.
Por ejemplo, se están evaluando “los efectos de los medicamentos anteriormente usados para tratar otras infecciones virales como malaria, ébola y cólera. Por otro lado, ya que la COVID-19 altera la respuesta inflamatoria e inmunitaria del individuo, se está probando el uso de glucocorticoides, inhibidores de la COX, inmunosupresores e inmunomoduladores. Asimismo, están en ensayo clínico los mucolíticos y fármacos para contrarrestar el edema pulmonar”.
Como aún no existe una vacuna para su prevención, la Organización Mundial de la Salud recomienda el lavado frecuente de manos con agua y jabón, si no se cuenta con él usar alcohol gel; cubrirse la boca con un pañuelo o el antebrazo al estornudar o toser; no tocarse la cara; limpiar superficies y usar mascarillas.
La realización de las pruebas para detectar el virus es muy importante, enfatizan las investigadoras, “mientras más se practiquen a la población mayor mejor será la identificación y aislamiento de las personas que han sido infectadas. Si a ello le sumamos las medidas de cuarentena, podremos derrotar y erradicar al SARS-CoV-2”.
