Medicina clínica preventiva para alergias y asma en niños
Capacitación eficaz de profesionales, disponibilidad de medicamentos y diagnósticos apropiados son claves para mejorar salud pulmonar a nivel mundial.
Si las pandemias del siglo XIX y XX fueron las enfermedades bacterianas y víricas, las de este siglo son las inflamatorias no transmisibles, como las alergias respiratorias, un problema de salud muy frecuente que afecta la calidad de vida y genera un impacto negativo en el bienestar socio-económico de la sociedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) las situó entre las seis patologías crónicas más frecuentes de la infancia. Según sus estadísticas, cientos de millones de sujetos en el mundo sufren de rinitis y unos 300 millones de asma, enfermedades en las que se ha observado una predisposición familiar.
Las alergias respiratorias se manifiestan cuando una persona susceptible inhala partículas capaces de ocasionar una reacción inmunológica, la cual produce signos y síntomas que, según afecten a las vías respiratorias altas o bajas, se presentan como rinitis alérgica o asma, esta última responsable de un grado importante de absentismo escolar y causa habitual de ingreso en hospitales infantiles.
La doctora Soledad Montes Franceschini, destacó que la inflamación en las vías respiratorias puede dar lugar a diferentes manifestaciones. “Por ejemplo, una alergia cutánea se declara a través de una dermatitis atópica; una nasal a través de una rinitis alérgica; una alergia a nivel de bronquios se traduce en asma bronquial”.
Cuando los síntomas son intensos, “la calidad de vida se ve afectada y si no se tratan pueden desencadenar otras patologías como sinusitis crónica, otitis a repetición, problemas de audición o trastornos del sueño que, potencialmente, acarrean apneas y eso, eventualmente, termina con deterioro neurocognitivo y trastornos del aprendizaje. Es decir, existen muchas secuelas a raíz de una rinitis alérgica no controlada”.
“En el caso del paciente asmático no tratado tenemos más riesgos de hospitalizaciones, de crisis severa y deterioro de la función pulmonar. Por eso es tan importante reconocer los síntomas a tiempo y aplicar el tratamiento adecuado. Capacitando a los equipos de salud, para un diagnóstico apropiados es posible mejorar salud pulmonar a nivel mundial”.
“Actualmente, explicó la especialista, disponemos de tratamientos eficaces para detener la inflamación alérgica y calmar los síntomas como antihistamínicos, corticoides y broncodilatadores inhalados”.
“Cuando el paciente no responde, es aconsejable derivar a tiempo, para que no escalen en terapia; y buscar cuáles son las principales causas del fracaso terapéutico, porque a veces es tan simple como enseñar una adecuada técnica inhalatoria, reforzar en adherencia o en una buena higiene ambiental para controlar la enfermedad. Cosas tan simples como esas pueden cambiar la vida de un niño”.

Dra. Soledad Montes Franceschini