Desde 2003, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP, por sus siglas en inglés) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha promovido cada 10 de septiembre como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio (DMPS), con el objetivo de concienciar que este problema puede prevenirse.

A nivel global, mueren anualmente por este motivo casi un millón de personas, lo que equivale a una cada 40 segundos. Además, se trata de la segunda causa de decesos en entre los 15 y 29 años. En Ecuador, entre 2015 y 2021 se reportaron más de 1.000 suicidios por año. Mientras, la tasa se mantiene en 6,97 por cada 100 mil habitantes.

El suicidio es un problema complejo en el que intervienen factores psicológicos, ambientales, sociales y biológicos, “donde la depresión tiene un rol importante”, destacaron especialistas en salud mental de la OMS en el marco de “Septiembre Amarillo”.

Es por tal razón que durante todo el mes, los organismos internacionales desplegarán una campaña que busca visibilizar los determinantes que pueden causar depresión y provocar un suicidio para trabajar sobre ellos y dejar en claro que “la esta patología mental se trata, tiene cura y que estas muertes pueden prevenirse en el 90% de los casos”. 

De acuerdo con cifras de la propia OMS, la depresión es la principal causa de problemas de salud y de discapacidad a nivel global y, según las últimas cifras reportadas, más de 300 millones de personas viven con esta enfermedad en el mundo. De ahí la importancia de detectar señales de alerta que pueden hacer sospechar un pensamiento suicida.