Migración y salud en las Américas
OMS llamó a promover y apoyar intercambio de información, buenas prácticas, lecciones aprendidas y planes nacionales de salud para abordar esta materia.
Una de las principales características del ser humano, a lo largo la historia, ha sido su capacidad de movilidad y adaptación. La Organización de las Naciones Unidas estima que en 2017 habitaban casi 258 millones de migrantes en el mundo, es decir, 3,4% de la población.
Las cifras representan un crecimiento de los flujos migratorios de casi 50% desde el inicio del milenio, donde el 51,5% de los migrantes está conformado por hombres y un 48,4% por mujeres y siete de cada 10 se encuentran en edades productivas entre los 20 y 59 años.
Este fenómeno encuentra sus causas en distintos factores: la globalización económica, desastres naturales, inseguridad o conflictos sociales, que implican una serie de oportunidades, amenazas y desafíos para las sociedades y los países, entre ellas, el acceso a la atención de salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) preocupada por esta materia, ha establecido una serie de recomendaciones de salud pública a sus países miembros como la promoción del acceso equitativo y la atención de salud para las personas migrantes; la cooperación bilateral y multilateral entre todas las naciones que participan en el proceso migratorio; y la prohibición de prácticas discriminatorias y arbitrarias basadas en las condiciones sanitarias que estas personas experimentan.
En esa línea, el organismo internacional llamó a generar y apoyar el intercambio regional de información, buenas prácticas, lecciones aprendidas y planes nacionales de salud para abordar esta materia.
Dicha acción apunta a incorporar esta problemática en las agendas nacionales, estableciendo políticas inclusivas relacionadas con la vigilancia sanitaria, la gestión de la información y el monitoreo; el acceso a los servicios de salud para la población migrante y la de acogida; la comunicación con el fin de contrarrestar la xenofobia, estigma y discriminación; la protección de la salud y bienestar; y el establecimiento de una agenda de investigación sobre migración, movilidad y salud.
Para la OMS es de suma prioridad abordar y trabajar en base a estos desafíos para consolidar los resultados sanitarios nacionales y regionales y lograr los objetivos de desarrollo sostenible.
