Nobel de medicina para desarrollo de vacunas ARN mensajero
La bioquímica húngara Katalin Karikó y el inmunólogo estadounidense Drew Weissman fueron reconocidos por su trabajo contra la COVID-19.
En nuestras células, la información genética codificada en el ADN se transfiere al ARN mensajero (ARNm), que se utiliza como molde para la producción de proteínas. En la década de 1980, se introdujeron métodos eficaces de producción sin cultivo celular, denominados transcripción in vitro.
Este paso decisivo aceleró el desarrollo de las aplicaciones de la biología molecular en varios campos. También despegaron las ideas de utilizar las tecnologías de ARNm para vacunas y fines terapéuticos, pero aún quedaban obstáculos por superar.
El ARNm transcrito in vitro se consideraba inestable y difícil de administrar, lo que exigía el desarrollo de sofisticados sistemas lipídicos portadores para encapsularlo. Además, provocaba reacciones inflamatorias.
Estas dificultades no desanimaron a la bioquímica húngara Katalin Karikó, que se dedicó a desarrollar métodos para utilizar el ARNm con fines terapéuticos. A principios de la década de 1990 se juntó con el inmunólogo estadounidense Drew Weissman, quien estaba interesado en las células dendríticas, que tienen importantes funciones en la vigilancia inmunitaria y la activación de respuestas inmunitarias inducidas por vacunas. En base a sus ideales de investigación, nació una fructífera colaboración entre ambos.
Ambos observaron que las células dendríticas reconocen el ARNm transcrito in vitro como una sustancia extraña, lo que provoca su activación y la liberación de moléculas de señalización inflamatoria.
El ARN contiene cuatro bases, abreviadas A, U, G y C, que corresponden a A, T, G y C en el ADN, las letras del código genético. Los investigadores sabían que sus bases suelen estar químicamente modificadas, mientras que el ARNm transcrito in vitro no. Se preguntaron si la ausencia de bases podría explicar la inflamación. Para investigarlo, produjeron distintas variantes de ARNm, cada una con alteraciones químicas únicas, que administraron a células dendríticas.
Los resultados fueron sorprendentes: la respuesta inflamatoria casi desaparecía cuando se incluían modificaciones en las bases del ARNm. Así comprendieron inmediatamente que su descubrimiento tenía un profundo significado para el uso del ARNm como terapia. Estos resultados fundamentales se publicaron en 2005, 15 años antes de la pandemia de COVID-19.
Tras el brote de esta última, se desarrollaron a una velocidad récord dos vacunas de ARNm modificado con bases que codificaban la proteína de superficie de la enfermedad. Se registraron efectos protectores de alrededor del 95% y ambas fueron aprobadas en diciembre de 2020.
Las vacunas han salvado millones de vidas y evitado enfermedades graves en muchas más, permitiendo a las sociedades abrirse y volver a la normalidad. A través de sus descubrimientos, los galardonados con el Nobel 2023 contribuyeron de forma decisiva a este desarrollo transformador durante una de las mayores crisis sanitarias de nuestro tiempo.
Los premiados recibirán el galardón en Estocolmo el 10 de diciembre en Estocolmo, coincidiendo con la fecha de la muerte de Alfred Nobel.
