Nuevo nombre y criterios diagnósticos para enfermedad hepática
Sociedades multinacionales globales de hepatología y gastroenterología anuncian una nueva nomenclatura para la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
En algunas oportunidades, el lenguaje puede crear o exacerbar el estigma, marginar a segmentos de la población afectada y, en última instancia, contribuir a desigualdades en materia de salud.
Así comenzó a ocurrir con el término enfermedad por hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés) o esteatohepatitis no alcohólica (NASH), una patología que se presenta en personas que no necesariamente consumen alcohol, pero que sí tienen una serie de condiciones o enfermedades de riesgo cardio metabólico (obesidad, diabetes, colesterolemia, resistencia a la insulina, entre otras).
De eso tomaron nota distintas sociedades multinacionales globales de hepatología y gastroenterología que reunieron a un grupo de 236 expertos de 56 países para realizar un estudio con el método Delphi y así determinar si los especialistas en contenido y defensores de los pacientes estaban a favor de una corrección en la nomenclatura y en una serie de nuevos criterios positivos para su diagnóstico [1].
El equipo propuso un cambio de nombre. Eso significa empezar a denominar al NAFLD como hígado graso asociado a disfunción metabólica (MAFLD, por sus siglas en inglés). Anteriormente el concepto “graso” era percibido por algunos pacientes de manera estigmatizante y “no alcohólico” como confuso, porque no estaba asociado a factores de riesgo cardio metabólico. “Este cambio permitirá que los pacientes puedan identificarlos y realicen una consulta médica de manera precoz”, señalan los investigadores.
Hasta hace poco se definía a la patología por criterios de exclusión. Por tal razón, plantearon un conjunto de criterios exhaustivos para el diagnóstico de MAFLD que son independientes de la cantidad de alcohol consumido y pueden aplicarse a pacientes en cualquier entorno clínico, lo que supone un giro completo en la forma de abordar la enfermedad en sus primeros estadios y previsiblemente evitará el retraso en su diagnóstico.
Los autores están confiados en que esta denominación ayude a crear conciencia en un momento en que se vislumbran nuevas terapias y se vuelve más importante identificar a las personas en riesgo.
Referencia
[1] Rinella ME, Lazarus JV, Ratziu V, et al. A multi-society Delphi consensus statement on new fatty liver disease nomenclature. J Hepatol. 2023;S0168-8278(23)00418-X.
