Nuevo plan nacional de salud mental para Ecuador
La propuesta del Ministerio de Salud Pública busca desarrollar una propuesta que responda a las nuevas problemáticas en esta materia, desde enfoques multidisciplinarios.
La salud mental es un componente integral y esencial de la salud, entendida como un “estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente como la ausencia de afecciones o enfermedades”, según consigna la Constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para la entidad, se trata de “un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y puede hacer frente al estrés normal de la vida, trabajar de forma productiva y contribuir con su comunidad”, es decir, sin salud mental, no existe salud general.
En virtud de la importancia de la asistencia psicológica para garantizar la estabilidad de la población, el Ministerio de Salud Pública (MSP) se encuentra trabajando en el proceso de actualización del Plan Nacional de Salud Mental para 2020-2025, cuyo contenido contempla propuestas y recomendaciones, así como el aporte de las experiencias y logros de los profesionales de salud mental de varias provincias del país.
La propuesta considera temas tan importantes como desinstitucionalización; transversalización del conocimiento en salud mental; promoción y prevención; fortalecimiento de servicios en salud mental comunitaria; y acceso a la justicia en este ámbito.
Para el MSP, la sostenida atención del Estado en la salud mental de la población, podría generar beneficios con respecto a la reducción de la discapacidad y la prevención de muertes prematuras, ya que al año fallecen más de 2,6 millones de jóvenes entre 10 y 24 años por causas prevenibles como consumo de tabaco, violencia o accidentes de tránsito.
Dentro de las cinco principales causas de mortalidad relacionadas con la salud mental en Ecuador figuran los accidentes de tránsito, homicidios, cirrosis y otras enfermedades del hígado, afecciones crónicas de las vías respiratorias y suicidio, con las significativas repercusiones económicas y sociales que generan, ya que los gastos de servicios sanitarios y sociales se elevan, el desempleo se incrementa y la productividad también resulta afectada.
En tal sentido, la aplicación de este nuevo plan nacional se convertiría en un logro importante para el país en esta delicada materia, considerando que el 89,5% de los países de América Latina cuentan actualmente con uno.
