Pérdida de audición y deterioro cognitivo
Las personas con dificultad para seguir una conversación tienen mayor riesgo de desarrollar demencia.
La demencia es un término general para definir un síndrome clínico de deterioro cognitivo adquirido que determina la disminución de la capacidad intelectual suficiente como para interferir en el desempeño social, funcional y la calidad de vida de un individuo.
Se produce como resultado de una serie de patologías y lesiones que afectan al cerebro, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares. En ocasiones, es precedido por el deterioro del control emocional, comportamiento social y la motivación. Afecta la memoria, pensamiento, orientación, comprensión, cálculo, capacidad de aprendizaje, lenguaje y juicio.
Según la Organización Mundial de la Salud más de 55 millones de personas viven con demencia. Y es probable que las mujeres se vean dos veces más afectadas que los hombres. A pesar de su alta prevalencia, el diagnóstico puede ser difícil en las etapas iniciales, por lo que es de vital importancia sensibilizar y educar tanto al personal de salud como a la población en general.
El doctor Ronald Petersen, neurólogo y director del Centro para la Investigación sobre la enfermedad de Alzheimer en la Cínica Mayo de Rochester, explica que quienes tienen dificultad para seguir una conversación o desarrollan problemas con las capacidades de la memoria y el pensamiento deberían revisarse la audición.
Esto porque “la pérdida de ella relacionada con la edad puede estar vinculada a un riesgo más alto de deterioro cognitivo. Aún se desconoce la razón”. Algunos estudios han demostrado que “cuando esto ocurre durante el transcurso de varios años, ciertas partes del cerebro pueden volverse más pequeñas, en particular el lóbulo temporal que participa en la audición, pero también en el lenguaje y la memoria”, señala.
Dejar de escuchar es una causa de aislamiento social, lo que también incrementa el riesgo de demencia. “Por eso es recomendable revisar la audición cada dos o tres años, especialmente cuando hay señales de que está deteriorándose”.
Entre los signos a considerar destacan la dificultad para escuchar conversaciones, especialmente en salas muy concurridas y pedir con frecuencia a los demás que repitan lo que dijeron. “Cuando se detecta una pérdida de la audición mayor de lo anticipado para la edad se pueden ofrecer dispositivos de ayuda, como audífonos o implante coclear. Mejorando la capacidad de escucha, la pérdida cognitiva pertinente podría ser más lenta”.
