Con el objetivo de minimizar la exposición al virus SARS-CoV-2; reducir las posibilidades de transmisión entre pacientes y personal sanitario; y evitar el desarrollo de complicaciones postoperatorias por la atención a pacientes con enfermedades oculares durante la pandemia COVID-19, la Sociedad Española de Oftalmología desarrolló una guía con recomendaciones y pautas de actuación durante la fase de retorno escalonado a la actividad, tras el cese del periodo de confinamiento. 

El documento de consenso promueve la adopción de medidas de protección para el desarrollo de la actividad oftalmológica en consultas externas, área quirúrgica y hospitalización, tanto para pacientes no confirmados como confirmados de COVID-19, las cuales deben ser adaptadas a las circunstancias, restricciones y disponibilidad de equipos de protección individual en cada uno de los centros de salud. 

Además, considera las repercusiones clínico-asistenciales que se pueden manifestar mientras no se disponga de pruebas diagnósticas certeras, un tratamiento altamente efectivo o una vacuna aprobada. Por tal razón, se debe continuar con el distanciamiento social en las salas de espera; con la desinfección frecuente y meticulosa de las áreas de atención; y el uso de protectores faciales por parte de pacientes y personal asistencial. 

En la actual situación, como alternativa a las consultas presenciales, la entidad destaca que se pueden utilizar medios telemáticos para llevar a cabo consultas teleasistidas a través de llamadas de voz o videoconferencias con aquellos pacientes en los que, una vez estratificado el riesgo de evolución desfavorable o presencia de complicaciones, se consideren de bajo riesgo y pueda posponerse su asistencia a una consulta presencial.

Se pide a los pacientes asistir a consulta preferentemente solos o acompañados por una única persona cuando exista incapacidad por motivos de dependencia física, psíquica o social o en niños hasta la mayoría de edad y que antes de entrar a la sala de espera e interactuar con su médico sean evaluados mediante un triaje en busca de una posible exposición al virus.

Para los miembros del organismo español resulta imprescindible seguir fielmente estos consejos para evitar, en la medida de lo posible, que tanto los oftalmólogos como el resto del personal sanitario dependiente pueda contagiarse y ser vectores de transmisión del COVID-19.